jueves, 21 de mayo de 2009

La sombra del poder


Sinopsis:

El oscarizado Russell Crowe encabeza un reparto estelar que da vida a un vertiginoso thriller acerca de un congresista y un reportero que se ven envueltos en un caso de brutales asesinatos que, aparentemente, no tienen relación entre sí. Crowe es Cal McCaffrey, un periodista de Washington DC, cuyo olfato le lleva a desenmarañar los misteriosos asesinatos de algunas de las figuras más prometedoras de la política y de la gran empresa. El apuesto e imperturbable congresista Stephen Collins (Ben Affleck) representa el futuro de su partido: debido a su honradez, ha sido elegido presidente del comité que supervisa los gastos de Defensa. Todos esperan que esta estrella en auge represente a su partido en la próxima carrera hacia la presidencia. Hasta que alguien asesina brutalmente a su ayudante/amante y los secretos se escapan de su escondite. McCaffrey tiene la dudosa fortuna de ser un viejo amigo de Collins y de que su jefa (Helen Mirren) sea totalmente despiadada y le mande a investigar el caso. Mientras sigue la pista del asesino con la ayuda de su compañera Della (Rachel McAdams), descubre una tapadera que amenaza con hacer temblar las estructuras del poder de la nación. En una ciudad de relaciones públicas, asesores y ricos políticos, aprenderá una verdad innegable: cuando miles de millones están en juego, la integridad, el amor y la vida de cualquiera están en peligro.

La siguiente película que vimos en el cine La Esperanza, La sombra del poder, estaba destinada a un público adulto, con su trama de una investigación periodística-política-criminal que a lo largo del metraje va sufriendo diversos giros. Como desde el principio se intuía que era una de esas pelis que de donde menos te lo esperas salta la liebre, pensando que el culpable sería el que a priori menos sospechoso parecía, fue fácil de adivinar. No estuvo mal pero tampoco para recomendarla encarecidamente. Si al menos el elemento masculino hubiese sido más atractivo… Nunca me ha alterado las hormonas mi quinto Russell Crowe, y menos con el aspecto fondón y los pelos largos que aquí muestra. Tampoco Ben Affleck, al que se le va poniendo cara caballuna, tan delgada y alargada que la tiene.

1 comentario:

carolina dijo...

Hay que ver qué les ha dado a los americanos con los dramones de conspiraciones políticas y económicas al más alto nivel. ¿Será la oscura sombra del mandato de Bush, con su aura de manipulaciones y de oscuros intereses guiando la política nacional? No digo que realmente fuese así, sino que a los americanos les ha quedado la mosca tras la oreja y se desahogan como han hecho siempre con un tema que les traumatiza: haciendo películas a porrillo.