miércoles, 23 de junio de 2010

LA PERDURABLE MAGIA DE GLASTONBURY





Al menos 3 dìas sin ducharse, pocas horas de sueño en incómodas tiendas de campaña, baños portátiles asquerosos y una alta posibilidad de que todo termine en un inmenso lodazal, podrían ser razones suficientes para mantenerse alejado de los festivales musicales británicos del verano. Pero nada de lo anterior impide que cada año miles de fanáticos se lancen a estos mega conciertos con la música como pretexto y de entre todos ellos, el de Glastonbury, que cumple 40 años, sigue siendo el mayor y el de más tradición.
En la TV y el las revistas de espectáculos se registra una cara del concierto, con las renombradas bandas musicales y en un lado alternativo hay teatro, danza, cabaret, poesía y política, con ganas de dejar atrás, por unos días, la jungla urbana. Cabe destacar que solo 5 días después, finalizando el festival, el lugar vuelve por el resto del año a ser una granja habitada por vacas.

1 comentario:

Conchi dijo...

En España proliferan en verano festivales así, como el FIB, donde miles de jóvenes, con el pretexto de los conciertos van a ponerse ciegos de alcohol y otras sustancias.
Supongo que si no se es joven no se puede entender cómo disfrutan en esas condiciones de calor extremo y falta de higiene. A mí que no me busquen en esos saraos.