El caricaturista José Guadalupe Posada a principios del siglo XX publicó en un diario de la capital mexicana la calavera que representaba a la Garbancera en forma de calavera (estas mujeres vendían Garbanza y siendo de sangre indígena, pretendían aparentar ser europeas, renegando de su raza). Tiempo después el pintor Diego Rivera la inmortalizó en un mural del día de muertos, bautizándola como La Catrina y hoy en día siempre aparece su imagen en esta festividad.
Imágenes de calaveras se acostumbran diseñar con tremendo colorido (como la imagen) para adornar todos los sitios como en escuelas, oficinas públicas, etc. A los niños les gusta mucho tenerlas e iluminarlas. Precisamente a Lucianna le han dado una hoy para decorarla con culaquier material para presentarla en la escuela mañana.
Desde el 31 y por supuesto el 1 y 2, los cementerios se llenan de personan asistiendo a visitar a sus difuntos, tanto de día como de noche, adornando las tumbas con flores, además de arreglos personales y durante el día se sientan en la tumba a comer en familia haciendo de cuenta que están con el familiar en vida (no me gusta mucho esta tradición).
Los altares de muertos son la muestra de recordar a los que se nos adelantaron en el camino de la vida y son todo un suceso lleno de simbolismo y tradición. Son una mezcla de lo pagano y lo cristiano, tiene aspectos de las culturas indígenas antes de la conquista española y aspectos netamente españoles. Alrededor de la foto o imagen del difunto se colocan flores de cempazúchitl (la flor amarilla o flor de muerto), frutas mexicanas, dulces mexicanos, velas, cruces, incienso y pertenencias y comida favorita del difunto (otra tradición que tampoco es muy de mi agrado). En las escuelas se acostumbra poner uno en memoria de algún alumno o maestro fallecido o en su defecto de algún personaje de la historia o de la vida pública.
Y en toda festividad no podían faltar los dulces, en este caso hay un pan (por lógica llamado "pan de muerto") que se come por estos días acompañado de un buen vaso de leche, café o chocolate caliente (tiene muy buen sabor, es de lo poco que me gusta de esta época) y a los niños se les obsequia una calaverita de azúcar con su nombre escrito en la frente (como es azúcar pura a mi me empalaga y no me gusta). Esta se les da durante los días 1 y 2, así que por la cercanía con Estados Unidos el 31 todavía hay niños pidiendo dulces de Halloween y se une a pedir calaveritas de los días de difuntos.
Como tradición apoyo que se siga acostumbrando y nos olvidemos del Halloween estadounidense, prque debemos salvar nuestras tradiciones y costumbres, que son el sello que nos distingue como mexicanos. Pero a la vez no soy nada afecto a esto, sobretodo por la reciente muerte de mi padre, al cual no me gustaría hacerle nada de lo anterior: primero, un altar no, solo mi madre tiene una fotos enmarcada de él, al cual le prende una veladora de vez en vez; segundo, visita al panteón ni cómo, sus cenizas están depositadas en la iglesia cercana a su casa y tercero los dulces no me gustan, solo el pan. Pero es de respetarse para quienes siguen al pie de la letra cada paso de el llamado "Día de Muertos" en mi México. ¿Y ustedes como pasan los días de los santos difuntos el 1 y 2?
4 comentarios:
El día 1 es tradición visitar los cementerios donde reposan los restos de seres queridos, a los que se les lleva flores y velas, pero nada de comida ni de pasar el día allí.
El día 2, al no ser festivo, pasa más desapercibido. Los creyentes van a la Misa de Difuntos y nada más.
Son días que me producen cierta nostalgia. Ahora llegarán pronto los anuncios de navidad.
Ana, en los supermercados de mi pueblo se puede comprar turrón desde el 1 de octubre. ¿No es exagerar un poco?
Artículo interesante, Johnny, y respecto al turrón, me parece muy bien que lo pongan ya en otoño, cuando no se derrite, me gusta muuuchoo y ya estoy comiendo ja ja.
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