Digamos que mi verano musical empezó el 24 de marzo, fecha en la que, siento que la envidia os empiece a minar el ánimo, el jovencito Joe Bonamassa nos dejó a los presentes en la Sala Artzaia de Pamplona con la muy eléctrica sensación de haber asistido a un concierto estratosférico, uno de esos acontecimientos que se quedan pegados a la memoria, contundente, límpido, deslumbrante en algunos momentos (como los 15 minutos de solo acústico que nos inyectó), con “New Day Yesterday” como base (¿Todavía no lo tienes? : al infierno!!!), dejando al personal agotado ante tan suculento plato de blues enérgico...
El 9 de junio me acerqué a Getxo Blues para ser testigo (bajo una carpa que se las vio para soportar el Diluvio, y cuando digo Diluvio, no exagero) de otro de ese minutos de oro que marcan: Buddy Guy en directo...
El moreno ronda los 70 años, pero nadie lo diría, que nos regaló algo más de una hora de huracanado repertorio, con una banda feroz, y el hombre punteando entre el público, con 2 gorilas repartiendo codazos entre los en exceso cercanos fanáticos, como si estuviéramos hablando de Jagger, mejorando lo presente...
Coreamos “Feels like rain” con una sonrisa, no era para menos, mientras chapoteábamos en los charcos... y a dormir, que ya era tarde...
El 14 de julio la cita fue en Fuenterrabía, ahora con Bob Margolin al aparato... me firmó el único CD suyo de mi colección, “Up & In”, me hice foto junto a sus enormes gafas de sol... y me retiré al poco de comenzar, aburrido como soy incapaz de explicar, supongo que por culpa de un anciano cantante que se limitaba a mover una mano y a tratar de que no se notara su nula voz: decepcionante...
Si ahora os cuento que tengo una foto abrazado a George Benson: ¿Qué tal? Vale, ya aviso a la ambulancia...
Estamos en Jazz San Javier, el martes 24 de julio, con un calor que no hace falta relate, y una humedad relativa del aire de... bueno, que esto no es la sección meteorológica...
George Benson con la desmejorada voz de Al Jarreau en varios temas, la mayoría con toques de jazz... pero es que esa sería la anécdota, que fue, y no me tiembla el pulso al teclearlo, el mejor show de los muchos que llevo subidos a la chepa... 7 músicos magistrales (algunos han trabajado con Quincy Jones y con Steve Wonder, osea...), mucho pop, bastante blues, guiños funk, y la poderosa voz de Mister Benson llenando el auditorio murciano con unos brillos cegadores, tatuándonos el amor a semejantes músicas en cada latido...
Esperaba el 28 de julio con emoción, que John Mayall es quien es: está mayor, y se portó de pena en la distancia corta: no diré nada más... bueno sí... magnífica banda, con el enorme Bubby Whitington magistral a la guitarra, minúscula sobre su planetaria barriga...
En la 5ª edición de su festival “Luna Lunera” (Sos del Rey Católico, Zaragoza), martes 7 de agosto, tuve el muy cercano placer (fila 3) de maravillarme con la atronadora técnica de un cuantioso neoyorquino llamado Popa Chubby, gigantesca masa tatuada de colorines, 2 horas de velocidad y placer, de sudor (suyo) y algo de cerveza para refrescar el paladar... y, como sé que no va a leer estas líneas: ¿Qué había tomado el energúmeno gritón de la fila 2?
Mi particular año de blues acabó el 8 de agosto, ahora con el “Concierto para guitarra y silla” de Walter Trout, que sentado (los excesos del pasado tienen estas cosas) nos dejó otras 2 horas de contundencia blusera, con un indio a los teclados, Sammy Ávila, calentando a las apenas 50 personas allí presentes, que eso de ser minoría tiene cosas así...
Casi un año de blues, y memoria suficiente para recordarlo...
2 comentarios:
Creo que mi pasión por el blues no ha surtido efecto entre quienes frecuentan este apartado, y mira que lo siento...
Ayer mismo estuve viendo, en Burlada Blues, al magnífico y jovencito guitarrista argentino José Luis Pardo, y quedamos fascinados ante su carisma, su humor, su velocidad, su gracia con las 6 cuerdas...
Insistiré en el empeño de divulgar, desde mi modestia, las gracias de una música que lo tiene todo... espero no equivocarme con ello, que sería penoso encontrar a mis músicos favoritos entre los más vendidos del Eroski, alejados ya de la lujuria de ser minoría...
Ya sabes que ciertas pasiones no se pueden contagiar. Igual que Mari Pau no puede adscribirte al grupo de casados no puedes pretender que nos convirtamos en blueseras sólo por el poder de convicción de tu verbo florido.
De todas maneras, que conste que seguiré publicando el resto de artículos que me enviaste.
Publicar un comentario