No acaban los ecos de la victoria. La revista TIEMPO dedica esta semana su portada a las consecuencias sociológicas que traerá consigo el triunfo alcanzado por la selección española de fútbol al ganar el mundial de Sudáfrica.
Según el análisis publicado por el semanario, la victoria de la Roja ha terminado con décadas de complejos respecto al uso de los símbolos nacionales y ha fortalecido el sentimiento de unidad de los españoles.
Por primera vez en democracia, las banderas rojigualdas han inundado todos los pueblos y ciudades sin que ello lleve aparejada ninguna connotación política. Hasta en Cataluña y el País Vasco se ha vivido con normalidad el triunfo de la selección.
Según los sociólogos entrevistados por TIEMPO, todo esto se ha debido al paso del tiempo y a la aparición de una generación joven, nacida ya después de la muerte de Franco, para la que símbolos como la bandera o el himno no tienen ninguna carga ideológica.
Por ello, todo hace indicar que este mundial de fútbol supondrá un antes y un después en la historia de España, y no sólo en la de su deporte. Algunos incluso ven paralelismos con el mundial de rugby que Sudáfrica logró en 1995, y que permitió definitivamente la reconciliación de negros y blancos tras el apartheid.
http://www.tiempodehoy.com/default.asp?idpublicacio_PK=50&idioma=CAS&idnoticia_PK=61597&idseccio_PK=612&h
5 comentarios:
Dicen que a lo mejor hasta se acaba con la crisis
No creo que muchas cosas cambien, pero es un aliciente para levantar cabeza y seguir adelante y no dejarse caer
No hacen falta banderas para sentir que se está o se es de un país (si yo fuera mucho por ejemplo a Alemania y siempre viera banderas alemanas por doquier sin ninguna razón, malo, malo, mucho chovinismo y nacionalismo )pero en acontecimientos deportivos es lógico que se saquen (ahora bien, no me gusta ni el rojo ni el amarillo, no me compro nunca ropa de ese color, me gusta el verde y el ocre; psicoanalizandome (ohh, que profundidad jaja...) encuentro que relaciono el rojo con la violencia y el verde y el ocre con la naturaleza.
A mí me encanta vestir de rojo: me da energía y seguridad en mí misma.
Olé, viva la españa cañí, no se hable más, todos de rojo pasión y a pintar las fachadas de rojo, como los holandeses lo hicieron en naranja, nosotros de rojo intenso.
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