Ayer fue Domingo de Ramos, el inicio de la Semana Santa. Aquí existe la tradición de estrenar una prenda de ropa ese día, so pena de quedarte sin manos, con un refrán que reza: “Diumenge de Rams, qui no estrena no té mans”. Mirad por dónde, lo que yo estrené no se puede ver en la foto.
Como hacía una mañana espléndida, creo que en la procesión, quizá la más multitudinaria del año, estaban todos los niños de Agost acompañados de sus papás y abuelos, ataviados todos ellos con sus mejores galas.
Destacaba, cómo no, mi Luna, a punto de cumplir 3 años, de punta en blanco, con la palma que le compró su abuela.
Tras la procesión, nos aposentamos en la heladería Ramonet a refrescar, lucir palmito y mirar y comentar un poco de todo, que ya sabéis que el cotilleo sano es beneficioso para la salud.
2 comentarios:
Besos para Luna.
Eso es lo que me gusta de esas fechas, la unión familiar y el cotilleo sano (y no muy sane, jejeje). Aparte cabe mencionar lo bella que está Luna y lo radiante que luce la abuela con su nieta.
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