La celebración del Bicentenario en el zócalo de la capital dejó un pequeño "gran" problema, el coloso que representa a un héroe anónimo insurgente que fue levantado mientras estuvieron los festejos esa noche. La figura de 8 toneladas, fue elaborada de un material plástico flexible que tiene fácil deterioro, por lo que se descarta que se coloque en algún lugar al aire libre. Se analizan varias posibilidades para el destino final de la figura. La factura de la fiesta esa noche asciende a 45 millones de dólares y lo único que sobrevive es este coloso que nadie sabe qué va ser de él.
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3 comentarios:
Si lo hubieran hecho de chocolate o bizcocho se podría haber comido.
O si fuera de cartón piedra, podrían quemarlo, como las fallas o las hogueras levantinas.
Magníficas ideas de ambas, pero las autoridades mexicanas no tienen ni la mitad de cerebro que ustedes, bien por ustedes, mal por ellos.
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