domingo, 3 de marzo de 2013

Han vuelto... a meter la pata

 
Hará un año aproximadamente comenté en este blog de nuestra amiga Conchi la metedura de pata de los guionistas de la serie de TVE Cuéntame como pasó cuando allá por 1980 metieron el Un, dos, tres, cuando el famoso concurso dejó unos años atrás de emitirse y no volvió hasta agosto de 1982. Pues esta vez se han superado a sí mismos, no saben que hay espectadores que observan con lupa. Hace un par de capítulos (1981 cuando el caso aquel de la neumonía atípica/aceite de colza) el personaje de Desiderio (Roberto Cairo) ha montado un videoclub en el Barrio de San Genaro y en las estanterías se podía ver la inconfundible carátula negra con aquella niña, la tristemente desaparecida Heather O’Rourke, hablando por teléfono (Poltergeits II)), película que no se rodó hasta 1986 y la de un tío cachas, Sylvester Stallone en Encerrado (1989) . También se podían observar otros títulos como La conquista del Oeste y otros más que indudablemente se rodaron anteriormente a 1981, pero no estaría tan seguro de que se hubiesen editado en video. Yo recuerdo que por aquel año (todavía no le estaba yo calentando la cabeza a mi padre para que comprara un video) y posteriores en los videoclubs no habían llegado las multinacionales (al menos en masa), primaban las películas de productoras menores (IVS, VideoDisco, Videoespaña, Izaro Films -con sus estrellas Pajares y Esteso-, etc, etc.), gran parte de ellas hoy es imposible encontrarlas en DVD, salvo las de la última pareja. También tenía a la venta verdaderas reliquias, hoy día, como aquellos videos sony betamax. En fin, como sigamos así veremos a ver si en 1992, cuando las olimpiadas de Barcelona, Desiderio no habrá tenido que cerrar el videoclub porque la gente se baja las películas de internet o Antonio Alcántara, preocupado porque su hija pequeña, María, no ha vuelto aún a casa a las 11 de la noche trata de localizarla con el whatsapp.

2 comentarios:

maria esther dijo...

No se te escapa ni una Juanfran

Conchi dijo...

Con tantos años a la espalda, parece que ya ni se molesten en verificar datos. Yo no lo veo desde que vivía en casa de mi madre. ¡Y la abuela está más joven que hace diez años!