Me la pasé pipa en la cena de quintos el pasado 3 de octubre. Salí de trabajar a las 9, me cambié y me fui al restaurante. Un buen chaparrón había amenizado la tarde pero por la noche nos dejó tranquilos la lluvia. Este año, será por celebrar el medio siglo, vinieron quintos por primera vez. Entre los habituales, otros faltaron por imperativos familiares, como uno cuyo padre falleció ese mismo día, que ya es mala casualidad. El caso es que superamos la treintena de comensales.
Os cuento el menú: en la mesa ya estaban servidos platos con ensaladilla rusa, jamón, queso, embutidos ibéricos, aceitunas y cascaruja. En lugar de pan, nos pusieron la típica coca a la pala. Como aperitivo, calamar a la romana y croquetas caseras. De plato principal, se podía escoger entre varios de carne o pescado; yo disfruté de un bacalao al horno gratinado con queso. De postre, tarta conmemorativa con las cifras de los 50 como velas. Incluso nos cantamos el cumpleaños feliz. Cafés, sidra y cava, más barra libre hasta las 3 de la madrugada. Total, 25 €.
Los quintos masculinos nos sorprendieron a las féminas con una rosa a cada una, pagada de su bolsillo, al son de Amigos para siempre. A más de una se le escapó la lagrimita. Entre risas y tonterías, se eligió al rey y a la reina mora y se bailaron las danzas típicas. El punto culminante llegó con la actuación de Village People: cinco quintos disfrazados de motero, obrero, policía, indio y militar, cantando en playback y bailando la coreografía del Jaume. Si os preguntaís qué canción es esa, aclaro que es Y.M.C.A”; para nosotros, “Jaume” porque en valenciano suena muy parecido a “young man”. ¡Qué panzada de reír! Como la ovación fue apoteósica, también nos obsequiaron con In the Navy. Qué majos son mis quintos.
En fin, que nos fuimos a las 3 porque la policía local amenazaba a la dueña del restaurante –quinta nuestra- con denunciar pues, al parecer, rebasábamos la hora permitida por la ley.
2 comentarios:
Pues felicidades a todos los quintos.
m'alegre que ho passareu tan be. Ara fins l'any que ve, en el qual haurieu de fer-los una sorpresa
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