martes, 14 de septiembre de 2010

Santiago de Compostela


La mañana del miércoles 26 la pasamos en Santiago de Compostela. Acompañados de una impertinente lluvia que disuadía de pasear por la ciudad, no nos quedó más remedio que refugiarnos en su hermosísima catedral.

Este templo acoge el que, según la tradición, es el sepulcro del Apóstol Santiago, lo cual convirtió al templo en uno de los principales destinos de peregrinación de Europa durante la Edad Media a través del llamado Camino de Santiago, una ruta iniciática en la que se seguía la estela de la Vía Láctea comunicando la Península Ibérica con el resto del continente. Cada año en que la festividad de Santiago- 25 de julio- cae en domingo, se celebra el Año Xacobeo. 2010 lo es, de ahí la tremenda cantidad de turistas que abarrotábamos la plaza del Obradoiro y aledaños, y, en especial, la catedral. Estuve en el anterior Xacobeo, a principios de agosto de 2003, y no recuerdo que hubiese tanta cola para acceder al templo o para abrazar al santo. Tampoco llovió en aquella ocasión, lo que fue de agradecer.

La misa del peregrino, a las 12, estaba a rebosar, no cabía más gente en los bancos ni en el suelo, ni sentados ni de pie. Creyentes de muchas partes del mundo, entre ellos muchísimos jóvenes, oímos misa con devoción, lo que me llevó a pensar en que aún queda esperanza para el catolicismo.

Me encantó ver por primera vez (en la misa de 2003 no se encendió) el botafumeiro (literalmente 'esparcidor de humo', en gallego), uno de los símbolos más conocidos y populares de la Catedral de Santiago de Compostela. Se trata de un enorme incensario. Su exhibición se realiza en la Eucaristía del Peregrino de los domingos, aunque últimamente se tiene por costumbre exhibirlo en la homóloga de los días diarios solamente si los peregrinos realizan una ofrenda de alrededor de 300 €, según nos explicó el guía.

Aquí abajo veis la entrada al Hostal de los Reyes Católicos. Nació como Hospital Real en 1499 para albergar a los numerosos caminantes que se dirigían a Santiago. Considerado el hotel más antiguo del mundo, es también uno de los más lujosos y bellos, no apto para cualquier bolsillo.

3 comentarios:

Johnny dijo...

Tienen el honor de contar con uno de los pocos lugares sagrados para la iglesia catolica y como bien dicen ojala haya todavia oportunidad para el catolicismo, hay que tener fe, dicen que la esperanza es la ultima que muere.

Mari Pau dijo...

El catolicismo no pierde adeptos porque la mayoría no son fanáticos, adaptan los preceptos a sus necesidades, es decir que si a ti no te rota casarte, no te casas; si al cantante homosexual Falete, que se declara también católico, le rota vivir con su pareja, vive; y a ellos y ellas no les rota tener 20 hijos, utilizan preservativos y píldora... y no pasa nada, aunque la iglesia como institución no lo acepte, a nadie le echan de asistir a misa. Yo por ejemplo no me declaro católica pero me gusta el rito de casarme por la Iglesia y me caso y punto. Y la misa en la catedral de Santiago no me la perdería.
Ahora, el mundo musulmán es otro cantar; ahí la mayoría son bastantes fanáticos, con velos y por ejemplo el ramadán: precepto ilógico y antisaludable donde se pasan el día sin comer ni beber aunque trabajen en el campo de sol a sol. Para darles un golpe de calor ideal.

carolina dijo...

Pues cuando yo fui en 2004 sí que se encendió el botafumeiro, aunque esta última vez que estuve íbamos con algo de prisa y estábamos más que agotadas. Bastante fue que tuvimos fuerzas para aguantar la cola y recoger la Compostela. Vimos la cola que había para entrar en la catedral y nos dijimos que nanay, no podíamos más.
En cuanto al catolicismo, me da que no es que haya cambiado mucho, aunque algo sí. Lo que ha cambiado son los católicos, que no están dispuestos a constreñir sus vidas siguiendo a rajatabla unos preceptos religiosos que ya no tienen mucho que ver con la sociedad actual. El problema es que algunos musulmanes, que son los que más lata dan, van por el camino contrario. Es curioso, porque hubo un tiempo en que los musulmanes estaban más avanzados que los cristianos en un montón de cuestiones. Pero cuando el islam tolerante y refinado de las ciudades fue sustituido por el islam de los cabreros y nómadas empezó a ser cada vez más opresivo.