martes, 12 de marzo de 2013

Las mujeres al poder




Sinopsis:
Mateo ve recortado su sueldo, por culpa de la crisis. Quiere cambiar de trabajo, pero necesita un empujoncito. Una pitonisa le aclarará el porvenir. Rosalía es una gran profesional, aunque gana menos que sus compañeros, ejerciendo el mismo trabajo. El consumismo, las hipotecas, los desahucios. Toda la actualidad, en una parodia que le hará reír durante 90 minutos. Las canciones incluidas le deleitaran sin duda.

El sábado por la tarde, conmemorando el Día de la Mujer, se representó en la Casa de Cultura Las mujeres al poder de la compañía Siete Comediantes, vieja conocida de estos pagos,  donde son apreciados sobre todo por la tercera edad por sus espectáculos revisteriles, en que intercalan números musicales entre escena y escena.

Dado su público mayoritario, auguraba que el supuesto manifiesto feminista no sería muy agresivo. Me equivoqué, pero desde el planteamiento. En las escenas, bien en monólogo, bien en diálogo, se trataban temas tan contemporáneos como el paro, las hipotecas, los desahucios, la corrupción, las estafas bancarias, etc., con un tono bastante populista, me pareció, para atraer el aplauso fácil.


¿Dónde están las mujeres?, os preguntaréis. Ahí voy. Otras escenas eran de guerra de sexos, de quejas de pareja, de ni contigo ni sin ti, y por el estilo. Seguía sin ver lo del poder femenino, pero la gente continuaba aplaudiendo pasodobles, tangos y números de cabaré cantados en escandaloso playback.

El colmo fue otra escena que presentaba a una señora compradora compulsiva, de las que no satisfechas con vaciar El Corte Inglés llama a las teletiendas también, mientras el marido se queja de que con los recortes de su sueldo no puede soportar a semejante manirrota. Ante tal cuadro antifeminista, me digo que, tras el enésimo pasodoble, llegará la contrapartida. Pues no: ¡era el número final con todo el elenco! No sabía cómo recomponer el puzle en que se había convertido mi expresión ni asentir a los elogios del respetable. Me dio la impresión de que a la obra le habían recortado media hora y le habían cambiado el título para conseguir más bolos en estas fechas.

Opté por tomar la callada por respuesta y dirigirme a la sala de exposiciones donde había una interesante ídem sobre las Mujeres en la Transición, esta en serio. Después hubo un vino de honor, con el que di mi particular homenaje a una mujer: servidora.



1 comentario:

Johnny dijo...

Entre comedia y denuncia social a veces se pierde la temática de una obra, que al final nos hace quedar con dudas sobre lo que hemos visto o faltó por ver.