La tarde de Halloween me encontraba trabajando cuando mis alumnos y yo nos vimos sorprendidos por estas tres ricuras que reclamaban aquello de truco o trato. Por supuesto, les tenía preparada una calabaza con chuches.
Mirad qué terroríficas, a la par que adorables, van Luna y Lucía. Que conste que María también tenía su disfraz más propio de la celebración, pero no se lo quiso poner porque prefirió el de Elsa. Glamour ante todo.
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