Sinopsis:
Drama judicial que ejemplifica la historia de la lucha entre David y Goliath. Un abogado adicto a las drogas que se enfrasca en una lucha legal contra una gran corporación de suministros farmacéuticos. Mientras además tiene que hacer frente a sus demonios personales.
El título español no hace justicia al original Puncture. Son tres las clases de pinchazos que aparecen: los de los tatuajes del protagonista, los de su drogadicción y los de las jeringuillas seguras que impiden el contagio y en torno a las cuales surge el conflicto.
Me gustan los dramas judiciales y este es un buen ejemplo. Por muchas películas que traten los chanchullos de las empresas farmacéuticas, nunca serán suficientes para denunciar cómo juegan con la salud de la gente por el miserable dinero.
Chris Evans se está labrando una interesante carrera al margen del Capitán América. Además tiene el buen juicio de pensar en sus fans y mostrar ese cuerpazo que Dios y el gimnasio le han dado.
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