Sinopsis:
Simon Spier es un joven de 16 años que no se atreve a revelar su homosexualidad, ya que prefiere esperar al musical que se celebra en secundaria. Pero un día, uno de sus correos electrónicos llega a manos equivocadas y las cosas se complican extraordinariamente.
Hacía tiempo que no veía una película de temática adolescente tan maja como esta. Me ha remitido a las comedias románticas de John Hughes que devorábamos en VHS durante los 80. Los tiempos han cambiado, evidentemente, pero los chavales se siguen enamorando y yendo al instituto, donde perdura la estratificación social y los estereotipos. Quizás la diferencia mayor es que entonces los rumores y los cotilleos se propagaban de boca en boca en lugar de extenderse por internet.
Si a los problemas propios de la adolescencia se suma el hecho de que el protagonista es gay y no se atreve a salir del armario, ya tenemos el conflicto. Se trata con tal naturalidad y ternura que no se puede evitar empatizar con el muchacho.
Por otra parte, también me ha recordado a otra película ochentera del género, Admiradora secreta, cambiando las cartas por emails.
He leído que esta película ha ayudado a muchos chavales a confesar su homosexualidad. Bien por ellos. Ojalá llegue el día en que no suponga un drama hablar de la condición sexual de cada cual.
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