jueves, 13 de mayo de 2010

Esperadme en el cielo


Sinopsis:
Un cuento para adultos sobre la felicidad, y el no rendirse jamás. La narradora y protagonista se reúne en el Más Allá con sus amigos Terenci y Manolo. Juntos pueden volver al pasado y volver a visitar los escenarios de su juventud, de su educación sentimental, así como desplazarse instantáneamente a cualquier punto que deseen. De los portales del Raval barcelonés de la posguerra a las alfombras mágicas de Sabú y el Gran Visir; del parque del Retiro madrileño, a los sueños dorados de Hollywood, pasando por Alejandría y nunca demasiado lejos de los cines de barrio.
Todo adquiere una atmósfera mágica, y los tres amigos viven una aventura en la que la protagonista tan pronto es Wendy en Peter Pan como Alicia en el País de las Maravillas, pero llega la hora dramática de afrontar un gran dilema moral. Aunque las ventajas del estado en el que se encuentran son muchas, no les es dado poder influir sobre la conducta de los vivos, y sin embargo no tendrán más remedio que unir fuerzas en una decisión y empeño común.


Maruja Torres se reúne con sus dos amigos muertos y viajan en una alfombra mágica. Terenci Moix vestido de ladrón de Bagdad, Manuel Vázquez Montalbán de Gran Visir y Maruja Torres de Jean Simmons en la película de Narciso Negro y así, de esta guisa, viajan a Alejandría, o embarcan en el puerto de Barcelona hasta Beirut, o pasean por su querido barrio el Raval. Así va contando lo que les gusta comer o las películas que les gustan ver, o los paseos por el barrio tan querido por los tres, así como saludando a otros escritores o actores fallecidos.

Podría entenderse como un canto a la amistad, a la locura de vivir, a la nostalgia de los amigos perdidos y a no querer perder los buenos recuerdos. Sin embargo, el batiburrillo, el desmadre y las alucinaciones son tales que a veces me preguntaba qué habría estado fumando Maruja o qué clase de pastillas se tomaba mientras escribía el libro. Flipar tanto no es normal ni para la fértil imaginación de una autora.
Sin entusiasmarme como escritora (si esta obra se llevó el Premio Nadal 2008 habría que leer las otras), me cae bien Maruja Torres. Recuerdo cuándo Jesús y yo estuvimos charlando con ella en una Feria del Libro madrileña de hace un montón de años (¿cuántos más o menos, Jesús?). Al identificarme como alicantina, me habló de sus veranos en Torrevieja, de donde es oriunda parte de su familia, tal y como refiere en este libro, y de cómo le gustan los salazones de la región.

2 comentarios:

Jesús dijo...

Conchi, fue en 1996.

Jesús dijo...

He leído varios libros suyos y muchos de sus artículos, pero no me convence.

Sólo hay un libro de ella que me encanta "Amor América".

Nunca he estado en Beirut, pero esta ciudad me atrae mucho. Y Maruja adora esta ciudad.