"Amo a Hitler" ha dicho un diseñador de la casa Dior, un tal John Galiano. Y yo amo que le despidan sin contemplaciones con una buena patada en el culo.
¿Está el artista por encima del bien y del mal? Le seguirían comprando sus vestidos las señoras? Y si fuera pintor, le comprarían sus cuadros? Yo no, desde luego. Para mí la inexistente categoría moral de estos tipos que dicen semejantes cosas invalida su arte, no lo quiero, por muy arte que sea.
martes, 1 de marzo de 2011
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3 comentarios:
Lo más gracioso del caso es que Galliano en plena borrachera se puso a insultar a una pareja judía mientras declaraba su amor por Hitler y aseguraba que en otros tiempos “gente como vosotros habría acabado en la cámara de gas”. ¿Y él qué, siendo homosexual declarado? ¿No se da cuenta de que habría tenido el mismo destino? ¡Lo que hace el alcohol!
Problemas mentales de este señor que decimos es artista.
El alcohol no es pretexto para sacar lo que tenemos muy escondido, echarle la culpa de nuestras estupideces es una burla. Hitler es una figura para estudiar en la Historia para saber que es lo que no está bien en el ser humano y aprender a no cometer esas barbaridades de nuevo. Diseñador borracho y estúpido.
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