Ya sabéis que con la preocupación por Otto, el otro día se me ocurrió poner una entrega de famosos con sus perros. La pobre de mi sobrina (por cierto, hoy es su cumple, ¡felicidades de nuevo!), que desde Australia echa más de menos a Otto que a muchos miembros de la familia, se alarmó pensando que era una especie de homenaje póstumo a nuestro perrín. He tenido que tranquilizarla mandándole fotos recientes del bicho para que viera que está vivito y coleando, aunque un poquito desmejorado, eso sí, no solo por la convalecencia sino porque aprovecharon el rato que estaba sedado en el veterinario para raparlo, y ahora parece la mitad de sí mismo, como podéis ver.
La misma sensación me produjo ver anoche a Gerard Piqué en el nefasto partido del Barça contra el Bayern. Creo que parte de la culpa la tiene el futbolista por raparse la cabeza y atentar así contra el atractivo masculino que despedía su tupé a lo Tintín. Le pasó como a Sansón. Hay –pocos- hombres a los que les sienta bien la cabeza pelona, pero mi segundo Gerard no entra en esa categoría. ¿A que se parece a mi pobre Otto? Menos mal que el pelo crece pronto. El disgusto por no llegar a la final de la Champions durará más, sobre todo si la gana su eterno rival.
1 comentario:
Bien por la mascota (me encantan perros y gatos) y mal por Piqué con semejante pelona :)
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