En la web de la revista Icon han elaborado una lista de las 20 canciones más sexis de la historia. No las voy a poner todas por aquí: unas ya han salido y otras no me dicen nada. Pero alguna que otra caerá, que la temperatura sigue alta en este veroño. Ya me diréis si os gustan o queréis aportar otras a la lista.
Así relatan la creación de este clásico del soul de 1973:
“El sexo es sexo y el amor es amor”, escribió con mayúsculas el genio del soul Marvin Gaye en la carpeta de su disco más tórrido. Y nada mejor que el inolvidable tema central para demostrarlo. Gaye chorreaba pasión ante el micrófono (“No hay nada de malo en que yo te quiera, cariño… Y así sabrás qué maravillosa puede llegar a ser la vida”) mientras al otro lado de la cristalera del estudio le observaba la destinataria de aquellas líneas: la quinceañera Janice Hunter, hija del coproductor del álbum. La seducción funcionó, aunque no de la manera más convencional. Marvin tuvo dos hijos con Janice (Nona y Frankie), pero siguió casado con su mujer, Anna Gordy, hasta 1977. Y Janice aprovechaba los ratos libres para vivir aventuras calientes con otros cantantes de soul, en particular Teddy Pendergrass. ¿Un antecedente temprano de eso que ahora llaman poliamor?
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