Todos los años os reseño el Festival de Eurovisión porque me lo he visto de cabo a rabo. Esta vez no ha sido el caso ya que me pilló en tierras cordobesas (os lo cuento otro día) y estaba tan agotada que no aguanté hasta el final. Tampoco vi el principio, que estaba cenando en el hotel.
Lo que sí vi fue la actuación de Miki, el representante español, y me pareció impecable. Sin ser especial fan de la canción, me dio la impresión de que caló entre el público, incluso entre los presentadores que la tarareaban. Lástima que la escenografía no acompañó.
Para colmo, la organización del festival ha emitido un comunicado en el que explica la descalificación del jurado profesional de Bielorrusia y en la que anula los votos que dio. Eso significa que España pierde los 6 puntos que se otorgaron a Miki en principio. “El jurado bielorruso fue destituido tras la revelación de sus votos en la primera semifinal, lo que es contrario a las reglas del Festival de Eurovisión”, comienza la nota de prensa que la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del festival, publicaba el pasado miércoles para dar luz a la expulsión del jurado de Bielorrusia. A pesar de este cambio, nuestro representante mantiene el 22.º puesto (el 5º por la cola) que logró en la gran final.
De la canción ganadora, nada que objetar, una balada correcta que no creo que pase a la posteridad.
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