Sinopsis:
Año 31 a. de C. Manio Sempronio (Julián López), un acomodado patricio, mata sin querer a un senador y es condenado a muerte. Incapaz de acabar con su propia vida, pide que le conmuten la pena por cualquier cosa, lo que sea. Así es enviado como legionario a Tracia, la tierra donde su padre, El Magnífico, forjó su leyenda como militar.
Pese a que Julián López no es precisamente santo de mi devoción, ni tampoco sus excompañeros de Muchachada Nui (como Raúl Cimas, que tiene un papel secundario), he de reconocer que me he reído con los despropósitos de estos personajes.
Estamos acostumbrados a que los diálogos de las películas de romanos tengan un tono más bien épico. Por el contrario, los de la serie se expresan como nuestros contemporáneos, por lo que el efecto hilarante está asegurado. Un pijo estresado piensa las mismas gilipolleces antes de Cristo que en la actualidad. También entonces eran las mujeres las que, a la chita callando, tenían que sacar las castañas del fuego a maridos y padres incompetentes: genial Cecilia Freire como patricia, así como su hija y la esclava que casi acaba con la población de gallinas a las que leer las entrañas.
Los seis episodios de menos de media hora cada uno se ven con con ganas porque se agradece la comedia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario