martes, 25 de noviembre de 2025

Misión en París



 

Sinopsis:

Es medianoche. Íñigo Balboa, que forma parte de los Correos Reales del rey católico, aguarda expectante la llegada del capitán Alatriste, de Francisco de Quevedo y de Sebastián Copons a París, donde se encuentra para entregar unos despachos al conde de Guadalmedina. Hace casi un año que no se reúnen, cuando acabó la arriesgada encomienda que tuvieron que afrontar en Venecia. Son tiempos complejos para Francia: desde hace unos meses, los hugonotes de La Rochela, con apoyo inglés, están viviendo un duro asedio por parte de las fuerzas francesas a las órdenes del cardenal Richelieu. Por mediación de Quevedo, Alatriste y sus amigos se ven envueltos en una peligrosa misión secreta ideada por el conde-duque de Olivares. Esta vez el objetivo es de tal magnitud, que la aventura a la que se enfrentan podría cambiar para siempre el curso de los acontecimientos.


He leído que esta es la octava entrega de las aventuras y desventuras del capitán Alatriste. Echando la vista atrás, sé que leí la primera y no recuerdo si la segunda. De la tercera a la séptima, seguro que no. Creo que tengo más presentes la película y la serie que los libros en sí.

Aun careciendo de la base literaria previa, emprendí la lectura de esta novela, espoleada por el crossover (perdón por el anglicismo) entre el espadachín español y los míticos tres mosqueteros, más bien cuatro, como todo el mundo sabe, y el resto de personajes del universo de Dumas. Quevedo y Richelieu en la misma historia, toda una fantasía.

Don Arturo Pérez-Reverte es perro viejo y tiene solera a la hora de narrar peripecias. Además, el uso del castellano de la época, arcaísmos incluidos (gracias al Kindle por llevar incorporado el diccionario de la RAE) es una delicia. 



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