martes, 11 de noviembre de 2025

Valencia

 


Para celebrar el Día del Mayor, el 1 de octubre, el Ayuntamiento de Agost, a través del Centro Social, organiza desde el año pasado una excursión gratuita para personas jubiladas. Cuando el año pasado salió el anuncio, pregunté si el autocar estaba adaptado para sillas de ruedas y me respondieron que no, sintiéndolo mucho, pero que lo tendrían en cuenta para la convocatoria siguiente. No me sorprendió que esta vez me contestaran exactamente lo mismo. En un evento coincidí con el alcalde y le transmití mi decepción al respecto. 



Días después me llamaron del Centro Social para ofrecerme la posibilidad de ir en un taxi adaptado, a lo que me negué porque me parecía excesivo. Me insistieron en que era viable, que así, además, cabían cuatro personas más que habían quedado en lista de espera. De modo que el martes 28 de octubre fui a Valencia en taxi con mi hermana y otros tres paisanos. 

Tanto el autocar como el taxi pararon en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pues hay baños públicos. Me dio tiempo a bajar y hacerme unas fotos. 



De allí, a las Torres de Serranos, donde tres guías nos llevaron por el centro histórico para explicarnos sobre la ciudad y lugares emblemáticos como la plaza del Mercado, la Lonja, la Basílica (oímos misa con el coro de voces blancas, una preciosidad). 



En el tiempo libre tras la comida, quise entrar en la catedral, plan poco secundado pues había que pagar: la gente prefiere gastar mucho más de los seis euros que cuesta la entrada para jubilados en una terraza tomando algo. Hay gustos para todo.




También visitamos Casa de las Rocas (Museo del Corpus de València). Su origen se remonta a 1434 con el fin de guardar las rocas y los objetos utilizados en las fiestas, como los estandartes, banderolas, trajes, caballetes del día del Corpus, 




Águilas, Gigantes y enanos y otros enseres propios de las festividades públicas. En la actualidad custodia las carrozas llamadas "Rocas", las tres águilas y los armazones de los gigantes.




A las seis de la tarde, el taxi nos llevó de vuelta a casa. Veremos el año que viene, Dios mediante.




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