jueves, 6 de mayo de 2010

Primera Comunión de Andrea


El domingo por la mañana nos dirigimos a Denia a la Primera Comunión de Andrea, hija de una prima hermana de Pedro. Fuimos directamente a la iglesia. Nunca había visto una misa de comunión más caótica, al menos en comparación a las que he asistido por esta zona. Aquí, para que los padres de los niños tengan buena visión y no se pierdan detalle, son colocados en unas sillas cerca de ellos si el espacio lo permite o se les reserva los primeros bancos de la iglesia. En Denia, en cambio, los padres estaban sentados donde buenamente podían, más o menos cerca dependiendo de la presteza con que hubiesen llegado al templo. A la hora de dar la paz, los críos se volvían locos buscando a sus progenitores entre la multitud. Que ésa era otra: ¡menudo escándalo, no había quien oyera al párroco! Es comprensible que con niños no se pueda conseguir un silencio sepulcral ni es lo que se pide. El guirigay era obra de los adultos que pasaban por completo de lo que sucedía en el altar. El cura tuvo que llamar la atención y pedir silencio y respeto, pero ni flores. ¿Cómo vamos a pretender que los niños sean educados si los adultos no damos ejemplo?

De allí, al restaurante, donde nos reunimos unas cuarenta personas, la mayoría de la familia materna de la niña. Comimos estupendamente aunque, como suele pasar en estas ocasiones, los platos se espaciaban demasiado y acabamos casi tres horas después de haber empezado. Pasadas las 6, pedí a Pedro que nos marchásemos pues teníamos más de una hora de camino por delante para cumplir con el siguiente acontecimiento. Me supo mal por él ya que su familia se quedaría más rato. Inconvenientes de coincidir todo el mismo día. Eso os lo cuento en otra ocasión.

1 comentario:

Johnny dijo...

En la comunión de Vivi pasó algo parecido, era un caos con tanta gentey los fotógrafos tapando la visibilidad a todos los presentes.