"El día de muertos es una celebración mexicana de origen prehispánica que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza el 1 de noviembre y coincide con las celebraciones católicas de Dia de los Santos Difuntos y Todos los Santos. Los orígenes de la celebración son anteriores a la llegada de los españoles, hay registro de celebraciones en las étnias mexicas, mayas, totonacas y purépecha. En esa fecha sobresalen los Altares y las Calaveritas que son dos simbolismos de cómo se honra y se burlan los mexicanos de la muerte. Las calaveritas son dulces en forma e cráneos, realizadas de dulce de azúcar, chocolate, amaranto, gomitas, etc. que se obsequian a los niños principalmente. Por otro lado, los altares son ofrendas en honor de un difunto y comprende una serie de simbolismos como: los niveles de la mesa representan el cielo, la tierra y el infierno, la imagen (foto o pintura) del difunto en lo alto del altar, una cruz como representación del catolicismo, un arco de caña o bambú que representa la entrada al mundo de los muertos, papel picado (un tipo de papel de china de colores y cortado formando figuras), velas o veladoras que son la guía del difunto a este mundo, un vaso con agua como la pureza de las almas, flores de cempasúchil (naranja o amarillas) cuyo aroma también guía al difunto en su viaje, las calaveritas como alusiones a la muerte, comida predilecta del difunto y objetos personales para que se sienta como en casa."
Esta tradición le da la batalla al Halloween sobretodo en la frontera de México para rescatar tradiciones de nuestro país. En las escuelas se pone un altar (el de este año en mi escuela es el de la primera foto dedicado a Diego Rivera y Frida Kahlo), los niños se disfrazan de calaveras o catrinas (calaveras vestidas de mujer) y se les explica lo que contiene un altar. Aún así por la noche del 31 de octubre verán a los niños tocando de puerta en puerta pidiendo dulces de Halloween, pero los días siguientes 1 y 2 de noviembre se le dedica a los muertos. Creo, como dice Conchi, si no puedes con el enemigo, únete a él y si no son el mismo día, cada quien tiene su tiempo y su espacio. A mi en lo particular el día de muertos con sus altares no me gusta, no me imagino haciendo un altar a mi padre, no. A él lo tengo en la mente y en el corazón hasta el fin de mis días.
1 comentario:
Curiosa tradición que hacéis bien en proteger, aunque yo tampoco la compartiría.
Aunque el viento me causa dolor de cabeza, esta mañana me he tomado una pastilla y me he dirigido al cementerio, visita obligada hoy, el día de Todos los Santos. Más que recordar a los que allí reposan (están en mi memoria a diario), es más bien un acontecimiento social donde se reencuentra gente que se ve de año en año, se ponen al día de sus vidas y se intercambian saludos.
Como en la mayoría de las tumbas se hallan fotos de los difuntos, hay quien se recorre el cementerio entero para recordarlos a todos. No es mi caso, pues con “visitar” a los míos y a los que se encuentran por el camino tengo más que suficiente.
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