El pasado lunes recibí la medio sorpresiva visita de mi amigo Alberto desde su Navarra natal. Al contrario que en sus últimas visitas, de apenas unas horas, esta vez se quedó dos días. La lástima es que, al no disponer yo de vacaciones y tener que cumplir con mis obligaciones laborales, no pude dedicarle todo el tiempo que hubiese deseado. Aun así, compartimos buenos ratos.
Poco puedo argüir a su reproche de que, en estos catorce años de amistad, siempre ha venido él a verme mientras que yo nunca le he devuelto la visita, a excepción de una vez que nos vimos en Bilbao. Todo se andará y espero que algún día me haga de cicerone en su tierra, aunque quizá se adelanten mis amigas Loli y Esther.
3 comentarios:
Esas noches de Agost tan recordadas en mi memoria. Ojalá pronto pueda llevar a mi familia a conocerte Conchi querida.
Qué guapas y guapo estais. Cuánto me hubiera gustado estar ahí con vosotros. Albertito, otra vez ven en sábado, majo.
Acabo de llegar de manejar 2.990 km por la península, con escalas en Peñiscola, Agost, Almería, Jaén y Zamora, con escapada culinaria a Portugal...
Tengo una fatiga que me rompe entero, pero nada grave.
Gracias por vuestra hospitalidad, chicas, y espero veros pronto.
Besos
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