El domingo nos engalanamos para celebrar la Primera Comunión de Maria Victòria, una bisnieta de mi tía Concha. Quizás penséis que el parentesco es muy lejano para estar invitados. Lo cierto es que los miembros de mi familia materna estamos muy unidos y procuramos reunirnos a la mínima ocasión con tal que no se pierda el cariño que nos profesamos.
Para que cupiéramos todos, más la familia paterna de la niña y los amigos de los padres, el convite tuvo lugar en garaje. No por ello faltó detalle, ni en la decoración del espacio, la presentación de las mesas y la abundancia de comida y bebida. Pedro y yo nos marchamos después de comer pero la mayoría de la gente hasta se quedó a cenar. A lo que me pregunto: ¿dónde se lo meten? Mejor no sigo por ahí, que me enerva que unos carden la lana…
En fin, lo importante es que la niña se lo pasó estupendamente y los mayores aprovechamos la ocasión para ponernos al día con los primos a los que vemos con menos frecuencia.
2 comentarios:
Luna y María Victoria vienen siendo primas terceras y es muy bonito que no se pierda el parentesco, así la familia crece y los afectos también. Se ve todo muy bien tras de ustedes en la foto.
Mis felicitaciones para esta niña tan guapetona. Como se nota que hoy se hace la comunión con más edad que los de nuestra quinta. Con 7 la hice yo
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