Sinopsis:
Torrente se ve atenazado por la crisis que asola al país. Viviendo en condiciones miserables, se ve obligado a aceptar un “encargo” poco recomendable. Se trata de asesinar a alguien. Torrente recluta algunos colaboradores para que le ayuden con su peculiar misión. Finalmente, Torrente es utilizado como chivo expiatorio y, antes de que pueda cumplir el trabajo encomendado, “alguien” se le adelanta. Le cargan con el mochuelo y es encarcelado por un crimen que no ha cometido. En prisión, toda su obsesión será escaparse para limpiar su nombre. Para ello gesta un plan inspirado en una de sus películas favoritas, “Evasión o victoria”, y organiza un partido de fútbol, una especie de derby entre funcionarios y presos. Durante el partido su idea es escaparse con unos compañeros por un túnel. El túnel se derrumba y parece que la fuga será imposible, pero la salida del coro de la cárcel a un certamen interprovincial será el vehículo de Torrente para conseguir su salida del presidio. Una vez fuera, comienza su venganza, localizando para ello al hombre que le envió a prisión, el empresario Ernesto Rocamora.
Que sí, que es cutre, que es casposa, que cómo se me ha ocurrido ver esta peli. Pues porque he visto las tres anteriores y siento curiosidad por ver hasta dónde llega el “amiguete” Santiago Segura, uno de los tíos más inteligentes del panorama cinematográfico español, por más que se empeñe en disimularlo.
Cuando uno va al cine a ver una película de Torrente sabe perfectamente a lo que se expone, a una interminable sucesión de chistes escatológicos. No obstante, subyace una reflexión sobre cierto sector carca de la sociedad española al que ridiculiza. Por ejemplo, En una de las primeras escenas, el policía más casposo de la historia del cine español se lamenta en un cementerio, frente a una estatua de El Fary, que desde que él ya no está, las cosas no son iguales: “Los maricones se pueden casar, los socialistas se han cargado el país y en la Casa Blanca hay un negro, pero no limpiando, de presidente”. Comentarios como este, que lo mismo te pueden hacer reír, llorar o reír por no llorar, definen a la perfección la cuarta parte de la saga.
Además, está el reclamo de la innumerable presencia de rostros conocidos del mundo de la televisión, en plan dónde está Wally, como, entre otros muchos, María Patiño, Carlos Areces, Josemi, Carmen Martínez Bordiú, Mari Cielo Pajares, Pablo Motos, Florentino Fernández, Kiko Matamoros, Risto Mejide, Ana Obregón, John Cobra, David Bisbal, Carmen de Mairena y la omnipresente Belén Esteban. Qué poca gracia tienes esa mujer.
Está claro que Torrente no es una gran película ni nada que se le parezca, pero, para que haga taquillazo alguna americanada, que las hay mucho peores, prefiero que los beneficios se queden aquí.
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1 comentario:
Vi la primera y segunda en vídeo. Es lo que es, entretenimiento para pasar un rato divertido sin mas presunción que reir y punto. Bisbal hace mucho que no se aparece por estas latitudes.
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