Ya está bien de historias malintencionadas. El nuevo milagro de la especie humana alcanza su cumbre el día en el que la mujer deja de querer ser la princesa para convertirse en la madrastra. Sin medias tintas. De la buena a la mala. ¿Quién querría ser una sosa al cuidado de siete enanitos (mineros y cantarines) pudiendo tener el tipazo de su madrastra gótica?
Mientras las princesas duermen, las brujas vuelan.
En torno a las relaciones y el cambio de rol de la mujer actual, he leído el muy divertido Cambio príncipe por lobo feroz, de la presentadora Raquel Sánchez Silva. Que un televisivo se pongo a escribir y, lo que es peor, que lo publiquen, me produce cierta prevención. Entiendo que es un prejuicio que debería evitar pero no me lo puedo quitar de encima. Al menos, sé admitir si me equivoco en mis juicios a priori, y este es uno de esos casos.
Raquel tiene gracia y soltura para pronunciarse bien sin dejar de respetar y cuidar su expresión. Me encanta el origen de la inspiración para el título y no me resisto a copiároslo: “¿Elegiría alguna mujer morirse de miedo en el bosque, encima cargada con la compra (¡vaya cuadro!), pudiendo aullar entre las garras de un lobo? En esta fantasía ha tenido mucho que ver la encarnación de Lobezno, o sea, Hugh Jackman)”.
No solo analiza los distintos tipos de hombres con los que nos podemos encontrar, sino que su simpática disección llega también, entre otros, a temas como los cuidados de belleza femenina, la decoración, los viajes o el poder curativo de las amigas, todo ello conectado –para demolerlos- con los cuentos clásicos de princesas y demás.
Recomendable para leerlo y comentarlo con amigas.
1 comentario:
Un poquito de cada cosa es beneficioso, pueden ser unas blancas palomitas y después unas tigresas de Bengala. Como decimos por aquí "ni muy muy, ni tan tan".
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