Como últimas actividades escolares y ante la necesidad de entretener a los alumnos porque ya se saben calificados, pero aún las autoridades no nos permiten concluir el ciclo escolar (hasta el 5 de julio), los llevamos a la Biblioteca Municipal, que se encuentra a un par de cuadras de nuestra institución. El lugar es algo lúgubre en su entrada, pero mirando a su pequeña cúpula el panorama cambia, tiene un mural con la historia del Estado (Provincia). Ni qué decir de la ventilación (nos estábamos asando cual chuleta de puerco), aunado a la gran falta de libros en sus libreros (y una o dos computadoras nada actualizadas para consulta en red). En fin, nada especial, pero fue una manera de salirnos de la rutina diaria y de lo tedioso que se está volviendo este último tramo del fin de cursos.
5 comentarios:
Se ven buenos los niños, qué bien.
Aún no tenemos la tremenda situación de las escuelas en Estados Unidos donde armas y acoso son el pan de cada día. Los niños de provincia aún tienen muchas cosas rescatables.
Ha sido una buena idea llevarles a la biblioteca. Lástima que haya ciertas carencias que hagan de ella un lugar poco atrayente para ser visitado. La verdad es que una mejor ventilación haría maravillas, y en cuanto a la falta de libros en las estanterías, se podría organizar una recolecta de libros o de dinero, por iniciativa ciudadana y al margen de las autoridades. Aquí en España hay sitios donde ya se está haciendo.
Muchos besos para tus niñas, Johnny.
Gracias Carolina. El fin de semana publico algo de ellas.
Alimento para el espíritu y alimento para el cuerpo. Buena combinación.
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