miércoles, 7 de octubre de 2009
La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina
Sinopsis:
Lisbeth Salander se ha tomado un tiempo: necesita apartarse del foco de atención y salir de Estocolmo. Trata de seguir una férrea disciplina y no contestar a las llamadas y mensajes de un Mikael que no entiende por qué ha desaparecido de su vida sin dar ningún tipo de explicación. Las heridas del amor las cura Lisbeth en soledad, aunque intente despistar el desencanto con el estudio de las matemáticas y ciertos felices placeres en una playa del Caribe. ¿Y Mikael? El gran héroe, el súper Blomkvist, vive buenos momentos en Millennium, con las finanzas de la revista saneadas y reconocimiento profesional de colegas y medios. Ahora tiene entre manos un reportaje apasionante que le propone una pareja, Dag y Mia, sobre el tráfico y prostitución de mujeres provenientes del Este. Las vidas de nuestros dos protagonistas parecen haberse separado por completo, y mientras... una muchacha, atada a una cama soporta un día y otro día las horribles visitas de un ser despreciable, y sin decir una palabra, sueña con una cerilla y un bidón de gasolina, con la forma de provocar el fuego que acabe con todo.
La segunda novela de la saga Stieg Larsson, donde conoceremos cómo Lisbeth ha llegado a ser quién es. El interés, la complejidad y maravillosa riqueza de trama y personajes va in crescendo. La acción es de cortar el aliento. Los hechos que van desvelándose, absolutamente impactantes. No se puede pedir más a la segunda novela de una trilogía: que supere de calle las expectativas creadas con la primera y que vuelva a crear en el lector la necesidad de leer más.
Con gran entusiasmo he acabado de leer La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, con la misma felicidad y excitación febril de la que habla Mario Vargas Llosa en este maravilloso artículo que es muy probable que os encante como a mí si sois seguidores de la trilogía del malogrado Larsson: http://www.elpais.com/articulo/opinion/Lisbeth/Salander/debe/vivir/elpepiopi/20090906elpepiopi_11/Tes.
Me ha gustado más si cabe que la primera parte, no sólo porque la acción predomine sobre las digresiones históricas que quizá lastraban la primera, aunque a la larga se revelaban como necesarias para la comprensión de la historia, sino porque conocer a los personajes implica reencontrarse con viejos amigos. Tanto es así que voy a posponer la lectura de la tercera pues no quiero despedirme de ellos. Lisbeth Salander, desde el Olimpo de papel de los dioses novelescos, seguirá velando por defender a sus congéneres de los hombres que no amaban a las mujeres, que cada vez hay más, como predican los noticieros.
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