Sinopsis:
Todos los miembros de la familia Bélier son sordomudos, excepto Paula, de 16 años. Ella hace de intérprete para sus padres, especialmente en lo que respecta al funcionamiento de la granja de la familia. Un día, alentada por su profesor de música, que ha descubierto su talento para el canto, decide prepararse para la audición del Coro de Radio France, pero se trata de una elección que la obligará a distanciarse de su familia.
Me ha encantado esta “dramedia” que desdramatiza la discapacidad, en este caso el de no poder oír ni hablar. Los miembros de la familia que la “sufren” se sienten tan orgullosos de ella que hasta tener una hija que no es sordomuda les ocasiona un disgusto. El que la mayoría de espectadores no conozcamos el lenguaje de sordos se soluciona con los subtítulos pertinentes y crea situaciones de confusión que conducen a la hilaridad. Los protagonistas son tan humanos en sus defectos y en sus virtudes que es inevitable que nos caigan bien. Muchas risas, sí, pero confieso que también se me escaparon lagrimillas, que servidora es de lacrimal flojo. Además, la banda sonora la componen canciones de Michel Sardou, que es el equivalente a un Julio Iglesias o a un Raphael de aquí, al que conocía de mis tiempos de clase de francés en el instituto, entre ellas En chantant, que no hace mucho que les puse a mis alumnos y les encantó.
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