No os había hablado antes de la inauguración de la Olimpiada de Río porque
no vi la ceremonia de apertura hasta ayer. Como imaginaba que me quedaría ese
mismo viernes en su retransmisión en directo, la dejé grabando.
Quedó muy bonita, tan colorista como cabía imaginar, pero no me entretuvo
tanto como la de Londres 2012, quizá porque sus referentes no me son tan
cercanos.
Aun así, me
encantó el tono de defensa medioambiental y deslumbró con las bellezas
naturales del país, la evolución del continente y una muestra acabada de
efectos especiales que iluminaron el cielo de Río de Janeiro.
En cuanto a los nuestros, un Rafael Nadal eufórico, emocionado y sonriente
encabezó con una vistosa bandera rojigualda el desfile de la delegación
olímpica española en el Estadio de Maracaná. El tenista balear pudo ejercer
finalmente en el templo del fútbol como abanderado, condición que una
inoportuna lesión le negó hace cuatro años en Londres. Entonces fue su amigo,
el jugador de baloncesto Pau Gasol, quien asumió el rol que hoy perteneció a
Rafa Nadal, exultante como líder de la expedición.
Aquí lo tenéis con su amigo y compañero Juan Carlos Navarro, que cumple sus
quintos Juegos Olímpicos. Espero que les vaya mejor que anoche, que cayeron
contra Croacia. Lástima de horas de sueño perdidas para luego ir a dormir con
disgusto.
Mucha suerte a todos los olímpicos españoles. Al término de los Juegos,
resumiré su participación.
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