Sinopsis:
Ambientada en Los Ángeles durante los años 70. El
detective Holland March (Ryan Gosling) y el matón a sueldo Jackson Healy
(Russell Crowe) se ven obligados a colaborar para resolver varios casos: la
desaparición de una joven, la muerte de una estrella porno y una conspiración
criminal que llega hasta las altas esferas.
No sé si será que el verano me ha reblandecido las neuronas
y me vuelve poco exigente, el caso es que me están gustando, en mayor o menor
medida, todas las películas que ocupan mi descanso estival. Me temo que no
podré reseñarlas todas, que son un buen montón.
Con esta, en concreto, me lo he pasado en grande. No
tengo predilección en especial por mi quinto Russell Crowe ni mucho menos por
Ryan Gosling, cuya fama de sex symbol me resulta incomprensible, pero aquí están
inmensos. Qué personajes más redondos han compuesto y qué tremenda vis cómica
que desprenden. El ambiente setentero, tan corrupto y tan naíf a la vez, sirve
de marco a una buena película de acción pero, sobre todo, a una descacharrante
comedia, con gags desternillantes al estilo de El guateque y mucho humor negro,
como ese asesino a sueldo despiadado con la cara angelical de Matt Bomer como
trasunto de John-Boy de Los Walton. ¡Y esa música disco! ¡Si hasta salen Earth,
Wind & Fire!
1 comentario:
La taquilla no siempre se corresponde con la calidad de una película. De todas formas, tomo nota para verla si tengo ocasión.
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