Sinopsis:
La música fue su salvación. James Rhodes fue víctima de abusos durante su infancia y su vida ha estado marcada por esa tragedia. Escuchar a Rajmáninov en bucle durante su adolescencia y descubrir el Adagio de Bach en un ala psiquiátrica le ayudó a combatir sus demonios y a transformar su vida. James Rhodes es uno de los más eminentes concertistas de piano de la actualidad y un gran renovador de la música clásica. Ha protagonizado documentales para la BBC y Channel 4, escribe en The Guardian y ofrece recitales en todo el mundo. «Instrumental» son sus memorias, que vieron la luz en Reino Unido después de que el Tribunal Supremo levantara el veto que pesaba sobre la obra. Todo un tributo apasionado al poder terapéutico de la música y que aborda cuestiones fascinantes sobre cómo funciona la música clásica y sobre cómo y por qué puede cambiar nuestras vidas.
La primera vez que conocí a James Rhodes fue en el vídeo que os pongo. Me hallaba en pleno subidón benedictino y miraba todo cuanto encontraba sobre él en Youtube. Tiempo después vi a Benedict acompañando y apoyando a su amigo pianista ante el juzgado porque la exmujer del músico quería impedir la publicación de sus memorias donde narraba los abusos sexuales sufridos con tan solo 5 años. Sí, habéis leído bien: violado a tan tierna edad y durante varios años. Imposible no quedar afectado por semejante trauma.
Hace pocas semanas lo entrevistó Jordi Évole en su programa Salvados. Si podéis rescatarlo por esas redes, os lo recomiendo vivamente. Allí habló de muchos de los temas tratados este libro autobiográfico. Además de las violaciones repetidas, que le marcaron psicológicamente (cómo no) y que ponen los pelos de punta sin entrar en detalles sórdidos, lidia con la inestabilidad mental, las tendencias suicidas, las adicciones, la dificultad en mantener una pareja, el papel de la música clásica en la actualidad, entre muchas otras reflexiones, con humor y amargura a la vez, y con una expresión cruda, malhablada, pero bien elaborada, de modo que la lectura absorbe. Por cierto, qué mérito el del traductor.
No sabéis qué alegría me llevé al encontrar el libro en la biblioteca local. Nadie lo había tomado prestado antes que yo, pero espero no ser la última porque lo pienso recomendar a mis paisanos. Y a vosotros, claro.
1 comentario:
Es una gozada poder ver y oír a estos dos amigos intercambiando pareceres sobre el poder de la música y la belleza de un instrumento musical como el piano.
Tal como le comenté a Conchi, yo he leído "Instrumental", y cuando vi de qué se trataba, lo que le había pasado a ese hombre, me quedé de piedra. Se supone que ya deberíamos estar curados de espanto en cuanto a la pederastia, pero lo que Rhodes aporta al publicar su experiencia es detallar, diseccionar cómo se produce el daño casi irreversible en la psique del niño o niña que es abusado, y cómo se lleva a cabo una escisión en la mente de la persona que sufre aquello sin poder pedir ayuda.
Y luego, el poder reparador de la música, del arte en general, o simplemente de algo en lo que la persona herida pueda volcarse de manera que se repare, al menos en parte, la grieta en el puente que le une al resto de las personas.
Creo que tenemos que mentalizarnos definitivamente: las heridas que se reciben en la infancia son muy difíciles de curar.
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