Como en Nochebuena hay tanto jaleo en la mesa, no hay manera de ver la televisión. No me quejo de ello, porque la familia lo supera a todo en importancia. El caso es que dejo grabando los especiales musicales y los veo a posteriori. Tanto que no hace mucho que vi el de Dani Martín, un señor que me cae bien, se cachondea de sus carencias y cada vez se toma menos en serio.
De este programa extraigo el dúo con el insigne Raphael de la canción del propio Dani, que ya os puse aquí hace tres años, un himno a la vida, tan bonita ella pese a todas nuestras quejas.
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