Los componentes de este blog somos un grupo de amigos dispersos por el mundo que charlamos de lo divino y de lo humano. Desde el respeto y la buena educación, nuestras posturas coincidirán a veces, mientras que otras divergirán totalmente. Sin tratar de imponerlas a los demás, cada cual se responsabiliza de sus propias opiniones.
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Sed todos bienvenidos.
La tarde del día 7 fuimos a la localidad pacense de
Almendralejo. Hay que agradecer a su Ayuntamiento que nos concediese un guía
local de manera gratuita.
Empezó la visita en el Teatro de Carolina Coronado. Admito mi vergonzosa ignorancia por no conocer a esta escritora del período romántico, coetánea de Rosalía de Castro.
Al que sí estudié en su día fue al más conocido poeta romántico José de Espronceda, que nació en la localidad.
En la fachada de la iglesia Parroquial
de Nuestra Señora de la Purificación se encuentra un Cristo Crucificado, obra Juan de
Ávalos, bajo el que se encuentra una leyenda en memoria de Todos los que
perdieron su vida en las guerras de España, (en sustitución de la antigua
placa que sólo hacía referencia a los fallecidos franquistas) como mensaje de
recuerdo a los caídos y concordia entre los vivos.
También visitamos el Ayuntamiento, que en su día fue el Palacio de Monsalud,
donde nació Espronceda.
Conocía a Pedro Pascal por series como Juego de tronos o Narcos, o por
papeles secundarios en películas. Aunque no me resultaba indiferente, me
ha acabado de cautivar en su reciente paso por España para promocionar
la segunda parte de Kingsman (la primera no me agradó, así que dudo que
la vea).
La cuestión es que en entrevistas ha estado adorable y
sexy, con un gran sentido del humor, como podéis ver abajo. Lástima que esto último no se note
en la campaña para el perfume Solo de Loewe. Me da por pensar que si este hombre está solo será porque quiere, que candidatas a hacerle compañía habrá de sobra, como estas cachondas de WeLoverSize.
Hace tiempo que quería poner este vídeo de apertura de la última ceremonia
de los premios Tony. Es una declaración de amor al teatro, especialmente al
musical, que se inicia cuando el niño del vídeo acude por primera vez a una
representación.
Es un homenaje a grandes clásicos como El fantasma de la ópera Los
Miserables, El rey león, Grease, Jesucristo Superstar, Sonrisas y lágrimas,
Evita y muchas más. Se les podrá criticar en muchas cosas, pero está claro
que los estadounidenses son los mejores para este tipo de números, aunque el
presentador, James Corden, sea inglés.
Me habían dicho que Badajoz no era muy interesante de ver. Cierto que su casco histórico no es tan destacado como el de Cáceres, por ejemplo, pero no me arrepiento de haber ido la mañana del día 7, y eso que no pude acceder a la Alcazaba.
Esperé al grupo en una terraza de la Plaza Alta. Su gran cercanía al Alcázar y a la Puerta del Capitel haría posible que en este espacio se asentase el zoco o mercado.
El Palacio Municipal de Badajoz se construye en el siglo XVIII. Exteriormente el edificio es de gran sencillez decorativa, pero de acusada elegancia y armonía.
En la Plaza de la Soledad posamos las Guapetonas, porque nos hizo gracia, ante una estatua del gran “cantaor” flamenco Porrina de Badajoz, que mira eternamente hacia la ermita, en recuerdo de las noches de Semana Santa en la que el artista lanzaba saetas apasionadas a la Patrona de Badajoz.
La Giraldilla es una réplica a escala de la Giralda de Sevilla, no se encuentra muy lejos.
La Puerta de Palmas es el símbolo y emblema de Badajoz. Era la puerta de entrada más importante de la ciudad, donde se encontraba el control de aduanas, y en el siglo XIX fue cárcel real. Su aspecto es el de un arco del triunfo, con dos enorme torreones circulares almenados a ambos lados del cuerpo central.
Mi hermana y yo teníamos un particular interés en visitar la Catedral de San Juan Bautista, ya que allí está enterrado un pariente lejano de mi padre, José María Alcaraz y Alenda, que fue obispo de Badajoz. De hecho, mi padre y mi abuela se desplazaron hasta allá para su entierro.
Al dar a conocer este dato al señor que vendía las entradas, nos encendió la luz de la capilla y nos hizo de guía por la catedral.
Sinopsis: ¿Había sido buena idea apartarse del mundo y huir del pasado, para hacer realidad su sueño de ser escritora? A medida que intenta escribir su primera novela y cumplir de esa forma con el mayor de sus sueños, Lara comienza a darse cuenta de que poseer estudios, vivir apartada del mundanal ruido y tener el corazón roto no es, pese a todo, la fórmula del éxito.
Durante el mes de agosto, leí varias veces que era la época de las cabañuelas, que según el diccionario son el "conjunto de las variaciones de tiempo que tienen lugar los primeros días de enero y agosto y que sirven al vulgo para pronosticar el tiempo que ha de hacer durante cada uno de los meses del mismo año o del siguiente". Quitando lo del “vulgo”, que me parece feo tildar así a los poseedores de la sabiduría popular, me pregunté por qué razón tenía ese concepto más cercano de lo habitual. Despistada de mí, al final caí: ¡la novela de Nina! Al dolor de la caída metafórica se añadió el bochorno al recordar que no la había reseñado por aquí, y eso que ella tuvo la suprema amabilidad, no solo de enviarme un ejemplar a casa, sino de además poner mi nombre en los agradecimientos. Me propuse que en cuanto regresase de Extremadura la releería, aunque fuese por encima, y os la comentaría.
Para empezar, la autora, Nina Peña Pitarch, es amiga mía (aunque aún no nos conocemos personalmente) y del blog. Además de poner algunos poemas suyos, aquí también reseñé sus novelas ¿Cómo que a qué huelen las nubes? y Las sufragistas, esta última publicada bajo el seudónimo de Erin Greene.
El verano del año pasado depositó de nuevo su confianza en mí para que, junto a nuestra común querida amiga Rosa, le diera un repaso. A la forma, que nunca al fondo, que para mí la palabra de un autor es sagrada.
Ya entonces disfruté de la narración y de los monólogos interiores de los personajes principales, Lara y Marcel, de su primorosa composición, sin dejar de lado los secundarios que tanto aportan a la trama. Todas tenemos algo de Lara en tanto que procuramos enfrentarnos a nuestros miedos, empezar de nuevo y luchar por un objetivo, mejor si es en un locus amoenus como la tierra levantina, tan injustamente denostada y maltratada por culpa de políticos y especuladores. Menos mal que su esencia sigue intacta gracias a seres entrañables como Salvador y sus amigos cabañueleros.
Volviendo a la protagonista, quizá haya quien piense que para una mujer es fácil meterse en la piel de otra. No, no nos equivoquemos: cierto que parte de una base común, pero cada personaje, como cada persona, es un orbe aparte. Con ella reflexionamos sobre literatura y el fascinante mundo de los programas de radio intimistas que me acompañaron décadas ha y que ignoro si se siguen haciendo con la misma repercusión de antaño. Como aquellos oyentes que desnudaban su alma, nos adentramos en el alma de Lara, en sus recuerdos y en su presente.
Destacaré el devenir interior de Marcel, pura poesía que emociona. Que no sepa mal a la autora decirle que me recuerda a los personajes masculinos de Nicholas Sparks, en cuyas novelas también tiene tanta importancia el destino.
Como no quiero revelar más, os invito a que la leáis y para ello os dejo el enlace de compra.
Sinopsis: Desterrada a un páramo de indeseables, una joven trata de salir adelante entre la comunidad del desierto, asolada por las drogas, y un enclave de caníbales.
Me cuesta comentar esta película, sobre todo porque no la he visto entera. Luego os explico.
Para empezar, mi enhorabuena a quien haya tenido la brillante idea de ponerle como título en español Amor carnal a lo que se podría traducir como El lote defectuoso. Si con ello atrae a alguien que espera una historia amorosa, incluso picantona, lástima me da: no solo no la va a encontrar sino que sentirá el rechazo por unas imágenes desagradables de desmembraciones y suciedad, una sucesión de planos cansinos e inconexos de ambiente desértico, todo ello sin apenas diálogo. He leído por ahí que es una alegoría de la política de Trump: por el sinsentido que transmitía, quizá sí, vaya usted a saber. Ni siquiera el musculamen de Jason Momoa valía la pena perder minutos en ella.
Como sabía que salía Keanu Reeves y aquello era insufrible, avancé el metraje hasta ver aparecer al susodicho. En su afición por las películas del género "más raras que un perro verde", aquí bate su propio récord. Y encima está horroroso, con un melenón y un bigotón setenteros que le sientan como una patada en los mismísimos. Cómo será de mala la película que ni siquiera se molestaron en buscar a su doblador habitual. Menos mal que con el avance rápido desperdicié pocos minutos de mi vida.
No era la primera vez que visitaba Cáceres: estuve en 1995 con motivo de la jura de bandera de mi sobrino Carlos José. Entonces era diciembre y hacía un frío pelón; esta vez era septiembre y el calor vespertino era horrendo. Aun así, la tarde del día 6 nos dispusimos a emular a algunos personajes de Juego de tronos y pasear por las calles empedradas y con cuestas (difícil librarme de ellas) de ese maravilloso casco histórico que está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Ya pueden tenerlo bien cuidado, ya, pues se cobra entrada en la mayoría de edificios públicos y religiosos, algunos de ellos inaccesibles para mí. Véase arriba la iglesia de San Francisco Javier.
Sí pude acceder a la Concatedral de Santa María, la más importante de la ciudad.
El Arco de la Estrella, entrada tradicional a la Ciudad Monumental de Cáceres, une la Plaza Mayor con la Plaza de Santa María, ambas centros neurálgicos de la ciudad durante siglos.
Con todo, vale la pena deambular por sus calles si se puede, y si no, al menos disfrutar de la Plaza Mayor.
Por último, he de constatar la amabilidad de la señora que me atendió en la Oficina de Turismo.
Sinopsis: Esta historia nos contará las peripecias de personas altas, bajas, delgadas, gruesas, guapas, no tan guapas, ojos azules, ojos verdes, pelo liso, rizado, rubio, moreno pero con algo en común: CORAZÓN. Algo de mito y algo de realidad, agitado con polvo de estrellas, metido en una pompa de jabón da como resultado una historia con pinceladas de fábula. En ella se narra como un pobre y desgraciado jorobado consigue, gracias a su bondad, ser feliz y aprender a quererse a sí mismo; al mismo tiempo un particular Conde aprenderá a juzgar a las personas no por lo que se ve de ellas, sino por lo que esconden en su interior.
Ayer, a falta de un plan alternativo más interesante, me dirigí a la Casa de Cultura a ver esta obra de teatro infantil. Por raro que parezca, no se llenó la mitad del aforo, cuando en actos para niños suele estar a rebosar. Quizá influyó que hacía calor y muchos prefirieron disfrutar de actividades al aire libre.
Para que los críos estuviesen entretenidos, la representación era muy participativa: los cuatro actores les hacían cantar, bailar, subir al escenario y hasta jugar con globos gigantes que lanzaban a la platea.
En cuanto al supuesto mensaje de igualdad, no lo vi demasiado claro, quizá por mi punto de vista de persona con una discapacidad: el jorobado solo logra ser feliz cuando le desaparece su protuberancia dorsal, la misma que sirve para castigar al villano de la historia. No me parece bien, qué queréis que os diga. A lo mejor son solo paranoias mías, no me hagáis mucho caso. Seguro que no se percataron del detalle los niños, entre ellos mi pequeña María, que se lo pasó pipa.
Se centra en el primer ejecutivo prodigio de
Hollywood en los años 30, Monroe Stahr, y su lucha de poder con su mentor, jefe
del estudio Pat Brady.
Tengo un vago recuerdo de haber leído esta
novela mi temprana adolescencia. Era de mi hermano, del Círculo de Lectores.
Creo que fue de las primeras novelas para adultos que leí. De todas maneras, lo
poco que recordaba conforme avanzaba la serie quizá se debese más a una película de 1976 dirigida por Elia Kazan y
protagonizada por Robert de Niro.
Con nueve episodios la serie no llega a cansar. Destila amor por el cine
clásico de entreguerras, cuando el séptimo arte formaba parte esencial del
entretenimiento y de la propaganda. El caldo de cultivo precedente a la Segunda
Guerra Mundial se notaba en el antisemitismo, en el control y la censura de los
alemanes sobre los estudios cinematográficos. Estos ejercían un férreo dominio
sobre sus estrellas y tapaban cuantos escándalos del tipo que fuesen se les
presentaban.
También toca el tema tan estadounidense de reinventarse partiendo de otra
identidad y luchar por labrarse el camino al éxito desde cero.
Matt Bomer es tan guapo que a veces creo que le perjudica a su carrera. Kelsey
Gramer está inmenso como el personaje que da título a la serie. Junto a ellos,
un eficaz reparto coral. Destacaré la elegante ambientación, en especial el
vestuario tan sofisticado y glamuroso de la época.
En Trujillo me di de
bruces contra la incompatibilidad de las sillas de ruedas y el trazado de las
ciudades medievales. Ya lo intuí en Mérída y no desapareció en las localidades que nos quedaban por visitar.
Además de un
empedrado tremendamente desigual que destrozaría cualquier calzado, pies
incluidos (imaginaos la goma de las llantas), las cuestas empinadas son
criminales, sobre todo si no se conoce el camino menos dificultoso. A mi pesar, pues, no puede
emular a los personajes de Juego de tronos pues me resultó imposible subir al
castillo.
A menos de medio
camino me volví porque me daba miedo descalabrarme. Aun así, me tomé una
Coca-Cola light bien fresquita (el calor era intensísimo) en la Plaza Mayor,
presidida por la escultura ecuestre de Francisco Pizarro, el más reconocido
conquistador de la América colonial.
Un pueblo hermoso, no cabe duda, pero poco
recomendado a personas con dificultades de movilidad.