Sinopsis:
En los días
posteriores al 11-S, un equipo de Fuerzas Especiales estadounidense comandado
por el capitán Mitch Nelson es elegido para ser los primeros soldados
americanos en responder al ataque. El equipo es trasladado a las remotas y
yermas tierras del norte de Afganistán, donde deberán convencer al general
Abdul Rashid Dostum para unir fuerzas y luchar contra su adversario común: los
talibanes y Al Qaeda. Para ello, los americanos deberán adoptar las tácticas de
los soldados afganos a caballo y aprender a respetarse y confiar entre ellos
ante un enemigo despiadado que les supera en número y no hace prisioneros.
No soy aficionada al género bélico, la verdad, aunque de vez en cuando doy la
oportunidad a alguna. Esta, por ejemplo, tiene el interés de que los
acontecimientos que narra no están lejos en el tiempo. De hecho, arranca con
los hechos que no hace mucho vi en la serie The Looming Tower.
Este tipo de películas corren el riesgo de caer en la "americanada" al
pasarse en la exaltación del ejército estadounidense. Menos mal que aquí se
controlan un poco, quizás porque el protagonista, Chris Hemsworth, es
australiano. Por cierto, su esposa en la ficción lo es asimismo en la vida
real, la muy suertuda Elsa Pataky. Me temo que su papel, como el del resto de
las féminas, se limita a mujer florero. Esta es una historia de machos.
También me chocó ver a Michael Shannon en un papel positivo y al siempre estupendo William Fichtner totalmente calvo.
Volviendo a la trama, los intentos de no caer en el maniqueísmo son débiles: en
una escena vemos cómo los talibanes fusilan a una maestra y a sus alumnas
porque su "ley" prohíbe que las niñas mayores de ocho años reciban
educación. Por si no teníamos claro quiénes son los malos...
En resumen, se deja ver, aunque con media hora menos habría mejorado.
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