Votar está muy bien. La democracia representativa nos permite expresarnos y organizarnos de forma razonablemente eficaz. Aun así, no es de extrañar que muchos estén cansados ante la convocatoria de nuevas elecciones el 10 de noviembre. Se trata de las cuartas elecciones generales en cuatro años, dos de ellas después de que los partidos no se hayan puesto de acuerdo para gobernar.
España volverá a las urnas solo siete meses después de las últimas elecciones generales y los ciudadanos ya se han encargado de buscar responsables. Y es que casi la mitad de los votantes (un 47.1%) culpa al PSOE, que fue el partido más votado el 28-A y por tanto el que tenía que encabezar las conversaciones para formar Gobierno, de que el país vuelva a las urnas.
Yo no sé de quién será la culpa. Lo que sé es que no es de recibo tener que volver a votar, con el consiguiente dispendio de millones. Nuestros políticos no tienen vergüenza ni la conocen. Más les valdría invertir ese capital en ayuda a los damnificados por la maldita gota fría para que no hubieran de recurrir a particulares.
Aquí tenéis algunas muestras del hartazgo de gente ingeniosa. Que no nos falte el humor.
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