Al comentar la convocatoria de nuevas elecciones, reprochaba a los políticos que más les valdría invertir ese capital en ayuda a los damnificados por la maldita gota fría para que no hubieran de recurrir a particulares. El Ayuntamiento hizo un llamamiento a la población para que aportásemos productos de higiene y limpieza, además de alimentos no perecederos para bebés. Me figuro que otros municipios habrán pedido otros artículos. A pesar de todos los defectos que caracterizan a mis paisanos (incluida yo), a la hora de ser solidarios somos los primeros: no paraba de entrar gente al centro social con bolsas y bolsas.
Voluntad no nos falta, aunque insisto en que deberían ser los distintos gobiernos quienes velasen por las necesidades de sus ciudadanos.
Me contó la concejala de bienestar social que llamó a su homóloga de Dolores (una de las localidades alicantinas más afectadas) para contarle la campaña de ayuda de aquí y la pobre señora se echó a llorar del panorama desolador de su tierra y de su gente. Qué horror y qué pena.
El domingo un grupo de voluntarios acudió a Dolores a ayudar en las tareas de limpieza. ¡Bien por ellos!
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