miércoles, 18 de septiembre de 2019
Cuatro bodas y un funeral
Sinopsis:
Maya, la directora de comunicaciones de un aspirante al Senado de Nueva York, recibe la invitación para la boda de su compañera de la universidad, que actualmente vive en Londres. No duda en dejar atrás su vida para retomar el contacto con sus antiguos amigos aunque todo deriva en una importante crisis personal.
Pese a que no soy dada a pegarme maratones de series, he hecho una excepción con los diez episodios de Cuatro bodas y un funeral, que he visto en tres días. Como su nombre indica, está basada en la película del mismo título, aunque los personajes son distintos (solo sale en un par de escenas Andie MacDowell como madre de una de las protagonistas), además de otros clásicos de la comedia romántica británica como Notting Hill y Love actually, a los que homenajea con cariño. La serie me ha parecido una delicia, opinión en desacuerdo con ciertas críticas que he leído. Es una serie coral, con la típica pandilla de amigos treintañeros cuyos intereses amorosos van pasando de unos a otros. Tópico, sí, pero tratado con más gracia que lo que ofrece el género últimamente.
Los personajes abarcan un amplio espectro de razas, religiones, estratos sociales, educaciones (entre estadounidenses y británicos), tendencias sexuales, en pro de la diversidad. He echado de menos la figura de una discapacitada en silla de ruedas que sí salía en Notting Hill. A veces pecan de cursis, lo que es casi inevitable, pero en el fondo es un canto a la amistad, además de anti brexit y en pro de los inmigrantes. Y, entre escena y escena, imágenes de un Londres precioso y luminoso sin una gota de lluvia, a no ser para mojar a la pareja de turno mientras se da un beso apasionado.
En cuanto a los actores, solo conocía a la Missandei de Juego de tronos y al adorable Tom Mison en un breve papel.
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