Soy golosa, lo admito, así que procuro asociar algún dulce a cada fiesta.
Una semana antes de San Valentín vi esta especie de bizcocho de chocolate en un supermercado que me pedía que me lo llevase a casa. Estaba relleno de mermelada de fresa, por lo que me recordaba a un Bony, un pastelito de mis años mozos.
Aunque a ninguno de los dos nos hace falta, le preparé a Pedro una caja sorpresa con aperitivos salados de su gusto y unas chuches de temática corazonera.
Como el año pasado, compré en la panadería Sant Roc una tartita deliciosa con cobertura de trufa y crema tostada, y relleno de nata. Que conste que nos duró varios días.
El año que viene, más, Dios mediante.
1 comentario:
Super romàntic
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