Este 21 de marzo, y coincidiendo prácticamente con el inicio de la primavera, se celebra el Día Mundial de la Poesía. Una jornada clave para conmemorar una de las formas más preciadas de la expresión e identidad y lingüística de la humanidad. Fue nombrado por la Unesco, quien adoptó por primera vez el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía durante su 30ª Conferencia General en París en 1999.
Su objetivo fue el de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro.
Esto tiene un origen y es cuando el 5 de febrero de 1998, el editor Antonio Pastor Bustamante solicitó a la organización Unesco la creación de este día. Se debatieron algunas posibles fechas, como la del 23 de abril, que se había pensado, aunque luego se decidió este día como Día del Libro.
Además, se busca promover la enseñanza de la poesía, fomentar la tradición oral de los recitales de poéticos, apoyar a las pequeñas editoriales, crear una imagen atractiva de la poesía en los medios de comunicación para que no se considere una forma anticuada de arte, sino una vía de expresión y restablecer el diálogo entre la poesía y las demás manifestaciones artísticas, como el teatro, la danza, la música y la pintura.
Todo ello para promover la poesía como una manifestación creativa de la diversidad. La poesía contribuye a la diversidad creativa al cuestionar la forma en la que usamos las palabras y nuestro modo de percibir la realidad. Se expresa de manera diferente y sutil y consigue comunicar cosas de manera diferente, obligando al lector descubrir la esencia del mensaje.
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