Sinopsis:
En 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, fletado para llevar a un equipo de rugby a Chile, se estrella en un glaciar en el corazón de los Andes. Solo 29 de sus 45 pasajeros sobreviven al accidente. Atrapados en uno de los entornos más inaccesibles y hostiles del planeta, se ven obligados a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida.
Hacía semanas que había visto la película que ha arrasado en los premios Goya y aún no la había reseñado. En efecto, voy con mucho retraso.
Cuando leí que que J. A. Bayona iba a dirigir esta película, cuestioné la necesidad, habida cuenta de que ya había sido llevada al cine la tragedia de los Andes. En su día vi ¡Viven¡, supongo que alquilada en VHS. Nunca más la volví a ver, por lo crudo del tema, y auguro que lo mismo pasará con esta, al menos en un futuro próximo.
Con todo, considero que es de obligado visionado, no solo por la maravilla técnica que es, bien galardonada en todos los aspectos, sino por el drama humano que relata, que encoge el corazón. Hay que agradecer al director que nos ahorre las escenas más explícitas, aunque no podamos evitar imaginarlas. Sufrimos mucho, sí, pero nos emocionamos con los supervivientes, con su canto a la vida, a la esperanza, a la amistad.
Ojalá tenga suerte en los Oscars, porque se lo merece.
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