Sinopsis:
En la zona de los fiordos orientales, todos conocen la historia de la salvaje tempestad que en enero de 1942 tuvo trágicas consecuencias para un grupo de soldados británicos. También aquel día, la joven Matthildur salió de casa y nadie la volvió a ver. Su cadáver jamás apareció tras el temporal. Aunque eso sucedió hace décadas, el inspector Erlendur decide investigar por su cuenta y riesgo qué le pasó a Matthildur y, además, enfrentarse a su mayor trauma: la desaparición de su hermano durante otra tormenta.
No había leído nada de este autor, al parecer bastante popular entre los aficionados a la novela negra nórdica: no en vano, esta es la undécima entrega de las investigaciones de este policía islandés. Lo bueno es que no me ha hecho falta haber leído las previas para sumergirme en la naturaleza hostil que le da título. No concibo el horror de vivir en países tan fríos, sin apenas sol, rodeados de nieve, ventiscas y tormentas. Luego dicen que los latinos, con la sangre caliente, somos más propicios a cometer crímenes pasionales. Pocas novelas escandinavas han leído.
Otra característica de dicho tipo de historias es combinar líneas narrativas del presente con otras acaecidas décadas atrás y cómo unas se imbrican en las otras. Cuestión de memoria histórica.
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