En este post quería comentar una de las superproducciones más originales que se hayan estrenado recientemente: Cloverfield, dirigida por el desconocido Matt Reeves y producida por J.J. Abrams, el responsable de las serie de televisión Perdidos y Alias, y de la próxima entrega cinematográfica de Star Trek del año que viene. La película, aquí conocida con el poco sutil título de Monstruoso, ha dividido a los espectadores entre los que la consideran una tomadura de pelo y a los que nos parece una forma brillante de dar nueva vida a un viejo subgénero del terror y la CF: La película de monstruos gigantes.
El punto de partida de la película se basa en el supuesto ataque de una entidad gigantesca en la ciudad de New York. Lo que le da el punto de originalidad a la película es que en lugar de estar contada desde el punto de vista de tercera persona de toda la vida, Cloverfield es supuestamente la grabación de una cámara de video recuperada, según los créditos iniciales de la película "de la zona antiguamente conocida como Central Park". Ese comentario ya da una idea del tono de desasosiego de la historia.
Concretando un poco más, el video pretendía haber sido la grabación de la fiesta de despedida de Rob Hawkins, un yuppie neoyorquino que acaba de conseguir el contrato de su vida con una empresa japonesa. A la fiesta sorpresa, organizada por su hermana y sus amigos, acude también su ex. Pero lo que parece un argumento de comedia romántica se transforma en una pesadilla cuando el suelo empieza a temblar y comienzan a llover fragmentos de cierto monumento emblemático de Manhattan. A partir de ahí empieza el caos y los protagonistas lucharán por escapar de una ciudad que está siendo pulverizada por una criatura gigantesca .
Realmente, no puede decirse que los autores de esta producción hayan descubierto la pólvora: El género de la película que simula ser metraje grabado por los protagonistas de la acción no es nuevo, con precedentes como la reciente película de zombies de George Romero, "Diary of the Dead", la conocida historia de fantasmas "El Proyecto de la Bruja de Blair" y el gore italiano de los 70 "Holocausto Canibal". Pero no se puede negar el acierto con el que el director utiliza este recurso, consiguiendo meternos en el centro de la acción, y haciendonos partícipes de la sensación de terror y pesadilla que viven los protagonistas. A esa sensación ayuda el calculado punto de vista subjetivo de la camara, que muchas veces da información parcial que resulta mucho más desasosegante que detallados primeros planos. Eso se ve en la secuencia en la que vemos el infortunado destino de alguno de los personajes, cuando consiguen contactar con el ejército, o el intento de rescate de otro de los protagonistas, empalado por escombros, y del que apenas atisbamos los pies y los gritos de dolor. También incrementa la sensación de realidad de la película el hecho de que todos los actores son desconocidos, lo que ayuda a creerse que todo esto le está pasando a gente real de la calle, y no a estrellas de cine.
Y es que la película no está contada, como siempre, desde el punto de vista del héroe, o del científico, o del militar que pueblan las típicas películas catastróficas, sino del de los pobres tipos que corren despavoridos huyendo del bruto mecánico, y que no tienen ni idea de lo que está pasando. A esa sensación de aterrador desconcierto ayuda también que los protagonistas, y por tanto el público, solo ven, durante gran parte del metraje de la película, atibos del ser que está diezmando New York.
Hay quien dirá que eso es un defecto de la película, pero es más bien al contrario, porque la criatura es solo una excusa, un macguffin, del que realmente nunca llegamos a saber que es o de donde ha salido. De lo que va la historia realmente, con la excusa de una película de desastres, es de como reaccionamos los seres humanos cuando nos enfrentamos a la posibilidad de una muerte inminente, y de como cambian nuestras prioridades. Todo esto en un escenario que juega con elementos propios de la cultura popular como la facilidad de grabarlo o registrarlo todo, o la sensación de miedo post 11S.
Me quedan muchas cosas en el tintero por decir de esta magnífica película, que huele a clásico de cine fantástico dentro de unos años, pero solo os diré una. Si no la habeis visto, y si quereis disfrutar realmente de la sensación de confusión y terror de estar en medio de un ataque de Godzilla a New York, iros ahora al cine a verla que aún está en cartel y dejaos de avis, DVDs e historias, porque es una película que ha sido concebida para verla en una gran pantalla. Eso si, quizás debais llevaros alguna pastilla para el mareo...
miércoles, 5 de marzo de 2008
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6 comentarios:
Gracias, Luis, por amenizarnos el blog con tus críticas tan elaboradas y acertadas.
Yo no vi esa película pero Pedro sí, y se engloba en el grupo de los que opina que es una tomadura de pelo. Menudo cabreo llevaba a la salida del cine.
No la he visto pero me ha gustado mucho tu descripción de la película como la reacción de las personas ante la muerte inminente, el pánico. La intentaré ir a ver si un día de estos me deja un resfriado que me tiene afónica, hecha polvo y harta. Gracias, Luis.
¡Qué bien cuenta Luis y lo que sabe! Me da envidia, en fin, que el género de la película no es mi fuerte, yo me marearía en las primeras escenas; Pero no obstante, muchas gracias por tan cumplida información.
Gracias por las flores, me vais a hacer sonrojar...
Siempre viene bien un enfoque distinto de una película que, si yo la hubiera visto, es muy probable que no me hubiese gustado mucho. Me temo que mi mentalidad es la de las pelis antiguas: lo que a mí me interesa no es tanto la reacción de la gente ante la catástrofe inesperada, como la aparición y la apariencia del monstruo, las causas de su existencia y el plan para exterminarlo definitivamente. Por supuesto, si este camino está aderezado con reflexiones más o menos acertadas o cargas de profundidad a instituciones o formas de pensar, mejor que mejor. Pero no me gusta un efecto sin su correspondiente causa.
Sin ir más lejos, no me entusiasmó demasiado "El proyecto de la bruja de Blair", aunque reconozco su originalidad y atrevimiento.
Tampoco tiene nada de malo el enfoque clasico de toda la vida, lo que pasa es que, personalmente, agradezco que se busquen formas nuevas de contar una historia. Sobre todo con la mentalidad que tiene el cine yanqui de copiarse a si mismo y hacer películas en serie.
(Pero la verdad es que yo aún no encontrado a nadie que le gustara, por ejemplo, El Proyecto de la Bruja de Blair. :-) )
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