Supongo que todas las generaciones tienen su película de adolescentes con las hormonas alborotadas deseosos de pasar por su primera experiencia sexual. Si los de la mía tuvimos Porky’s, al parecer la de ésta es Supersalidos.
Cuenta la historia de dos amigos adolescentes que son auténticos fracasados. Sabiendo que sus caminos se separaran debido a que cada uno ha sido aceptado por distintas universidades planean su última gran fiesta. Haciéndose con una carné de identidad falso intentan organizar una tremenda fiesta llena de alcohol donde puedan hacer realidad sus sueños, conseguir a una chica de carne y hueso, aunque sea por una noche.
O los años no perdonan y he perdido cualquier sintonía con la juventud, o esta peli es mala con avaricia, y eso que había leído críticas halagüeñas. Creo que incluso me dormí. Ni pizca de gracia le encontré a ese “humor” de brocha gorda. Tampoco soy de las que se rasgan las vestiduras por oír un taco, pero tal profusión se hace insufrible. Según leí en la revista Cinemanía, la palabra “joder” se dice en 186 ocasiones a lo largo del metraje. Teniendo en cuenta que éste dura 116 minutos, ni Tarantino es capaz de alcanzar esta media: 1,6 por minuto. Horroroso.
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