Mas, ¿desanimó esto al sin par Ankhtify? ¡Por cierto que no! He aquí, en rigurosa exclusiva para este blog, la traducción de un documento inédito, grabado en uno de los pilares de la tumba de Anhktify, enterrado bajo varios metros de gravilla de caliza. Dicha traducción, como os podéis imaginar, es aproximada, ya que en dicha inscripción aparecen reflejados, por una parte, el idioma oficial de las clases gobernantes egipcias, o sea, el hierático, y, por otra, el idioma del maestro constructor local al que recurrió Anhktify para llevar a cabo su proyecto. Como el constructor hablaba en demótico del sur, se optó por traducirlo de manera que nos fuera más familiar a los españoles. Allá va.
“- Así pues, buen maestro Her-Menes, has accedido a venir conmigo río abajo para que te muestre dónde deseo construir la morada para mi Ka. Hemos llegado. ¿Ves aquella montaña que se alza en la orilla Este, cerca del río, aislada, con forma de pirámide y rodeada por otras montañas? Es mi deseo que excaves en su centro una gran cámara funeraria.
- ¡Ozú, zeñó Antifi!, ¿pero qué mestá usté disiendo? Mirusté que eza montaña es de piedra caliza mú deteriorá. A ná que empesemo a escarbar, ze noh vendrá tó abaho. Zi quiere, tengo un cuñao que es un hacha con las mastabas y entre él y yo…
- ¿Acaso osas contradecirme, Her-Menes?
- No, zi yo no ozo ná, zeñó Antifi, no ozo ná. Lo que le digo é que esa muntaña eztá mú bien, que tié buenas vit-tas al río y tó lo demá, pero que hacer ahí un corredó y una cámara no va a zé moco de pavo. Vamo a tené que entibá a cada metro que ejcabemo y ademá habrá que suhetá de arguna manera la tierra po ensima der dinté. Ya le avizo que le va a zalí po una milloná. Azí, a oho de buen cubero, unos dó millone de medida de grano, ezo zin contá er encaresimiento de loh materiale mientra dure la obra.
- El dinero no importa, Her-Menes. Lo sacaremos de donde sea.
- (Murmurando por lo bajo) Zí, de et-truharno a impuet-to, ¿no te hode?
- ¿Decías algo, constructor? De todas formas, algo carillo me parece a mí tu presupuesto. He oído decir que Tut-i-Plenu, Gran Sacerdote de Amón, se ha hecho construir una magnífica tumba por sólo ochocientas mil medidas de trigo.
- ¡Arto ahí, zeñó Antifi, arto ahí! Lo que usté no zabe é que Re-Mamón, er construstó que ze encargó dello, lo hiso a base de surcontratá cuadrilla de inmigrante nubio y de hasé chanchullo con loh materiale. Totá, que cuando fueron a enterral-le, ze encontraron con que loh ladrone habían abierto la tumba como zi fuera un vulgá cahón de meza y habían arramblado con toas lah riquezas que se habían puet-to ahí para la otra vida del Gran Saserdote. Han tenido que sustituil-las con coza traída de un Todo a Una Medida. Ezo paza po ejcatimá en lo que no ze debe, zeñó Antifi.
- ¡Qué horror! ¡Ya no se respeta nada! En fin, Her-Menes, quedas encargado de la obra, y ay de ti si falla algo”.
El texto de la inscripción continua relatando que, en efecto, cuando ya tenían construida casi toda la cámara, la inestabilidad de la caliza que formaba la montaña hizo que se les viniera una parte del techo abajo. El pobre Her-Menes tuvo que huir por patas a Tebas, donde encontró asilo, mientras que la conclusión de la tumba fue adjudicada al constructor Re-Mamón. Eso hizo que se disparara el presupuesto, al menos hasta que Anhktify descubrió el pasteleo que se traía entre manos el constructor e hizo que, una vez acabadas las obras, le enterrasen junto a él… prematuramente, claro.
Y aquí acaba el texto encontrado en la tumba de Ankhtify*, cacique de Mo’alla y adversario de Mentuohotep II, rey de Tebas y miembro de la familia de la que poco después saldría la siguiente dinastía de faraones (tras conquistar el bajo Egipto y, como ya he dicho, arrasar Heracleópolis) Poco más se sabe de lo que pasó después de que Ankhtify fuera por fin depositado en su costosa (no) pirámide, aunque todo apunta a que los reyes de Tebas no soportaron durante mucho más tiempo ese reducto autónomo tan cerca de su capital. Pues, repito, menudos eran los tebanos.
*Si alguien siente curiosidad, en Internet hay más cosas (no ficticias) sobre este personaje. Lo de las inscripciones de autoalabanza y el papel marginal del faraón son, no obstante, rigurosamente ciertos. Del resto, cualquier parecido con personajes y situaciones reales es pura coincidencia.
viernes, 5 de diciembre de 2008
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1 comentario:
Ja, ja, pero interesante. Yo los doy por ciertos.
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