Sinopsis:
007 QUANTUM OF SOLACE es la continuación de las intensas aventuras de James Bond en 007: Casino Royale. Traicionado por Vesper, la mujer que amaba, 007 lucha contra su deseo de transformar su misión en algo personal. Determinados a descubrir la verdad, Bond y M interrogan a Mr. White que revela que la organización que chantajeó a Vesper es mucho más compleja y peligrosa de lo que nadie podía imaginar.
Información de inteligencia vincula a un traidor del MI6 a una cuenta bancaria en Haití, donde un caso de identidad equivocada lleva a Bond a conocer a la bella y luchadora Camille, una mujer que busca su propia vendetta. Camille conduce a Bond directamente a Dominic Greene, hombre siniestro y jefe de la misteriosa organización.
En una misión que le lleva a Austria, Italia y Suramérica, Bond descubre que Greene conspira para lograr el control total de los recursos naturales más importantes del mundo, y para ello está forjando un pacto con el exiliado General Medrano. Usando a sus socios en la organización y manipulando sus poderosos contactos en la CIA y el Gobierno británico, Greene promete derrocar al régimen existente en Bolivia, otorgando al General el control de un país a cambio de un trozo de tierra aparentemente estéril.
En un campo minado de traiciones, asesinatos y engaños, Bond se alía con viejos amigos en una batalla para descubrir la verdad. Cuando está cerca de encontrar al responsable de la traición de Vesper, 007 debe ir un paso por delante de la CIA, los terroristas e incluso de M, para descubrir el siniestro plan de Greene y detener `Quantum´.
Vaya por delante que no soy devota de las películas de 007 aunque me las he visto todas. En esta nueva entrega no se reconoce el "toque Bond". No salen artilugios sofisticados, ni lugares especialmente lujosos sino más bien al contrario, aparte de que la canción es mala, no creo que nadie la recuerde.
Olga Kurylenko es la nueva chica Bond, pero en lugar de exprimir su lado físico y la sexualidad de las películas de la franquicia, los responsables se han conformado con poner su personaje a la misma altura de Bond. Acción en el aire, en el mar, en coches... mucha acción, pero nada de sensualidad ni del punto socarrón de humor británico de 007. Falta la seducción y todo lo que hace de James Bond un personaje carismático.
Ya empiezo a acostumbrarme a ver a Daniel Craig en el personaje. Aquí enseña menos carne que en la anterior, aunque se le ve igual de compacto. Por el contrario, sigue tan inexpresivo como antes, con esa mirada de acero azul no esboza ni la más mínima sonrisa. Menos mal que tengo a Pierce Brosnan, mi 007 preferido, en el anuncio de las gafas...
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