Sinopsis:
Es una calurosa noche de julio en Madrid cuando dos hombres son destripados y lanzados al vacío desde un puente de la M30 en lo que parece un siniestro ajuste de cuentas entre clanes. Sus vísceras aterrizan sobre un descapotable que termina hundiéndose en el Manzanares con sus ocupantes, tres chicas que volvían de fiesta. Una de ellas fallece en el acto: es la hija pequeña del comisario, quien exige a sus agentes respuestas rápidas y poco ruido en los medios. Se trata de una orden casi imposible de cumplir por el subinspector Jotadé Cortés, el único policía gitano de su comisaría y un irreverente sin remedio que aborrece las jerarquías y acostumbra a saltarse las normas.
Si os interesa la última ola de novela negra española contemporánea, recomiendo la trilogía de Indira, de Santiago Díaz Cortés, heavy pero heavy heavy. Como spin off de esta, acabo de leer Jotadé, nombre de un personaje peculiar: un policía gitano dividido entre dos mundos, el del cumplimiento de la ley y el de su comunidad que no siempre la respeta, hombre de confianza de la inspectora Indira Ramos en la tercera entrega que merece tanto este protagonismo que dará pie a más entregas.
El autor no teme al gore y muestra lo más sórdido de los crímenes en particular y de la sociedad en general. Consigue atrapar la atención y la tensión del lector, por lo menos a mí me engancha entrar en ese mundo de ficción y realismo. Como he leído en una reseña: «Tiene todos los ingredientes de la mejor novela negra: un protagonista disfuncional, un ritmo vertiginoso y vísceras, muchas vísceras».
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