El viernes por la mañana parecía que la situación no había cambiado y que los guardias civiles estaban esperando a que José Iván se cansara y se entregara.
Como no me dejaban salir de casa (tampoco me habría atrevido), la manera de enterarme de lo que sucedía en el exterior era escuchar por la ventana, ya que la vista estaba impedida por una carpa de la benemérita.
Al tener la televisión puesta, no oí el disparo. Sí me sobresaltaron los contundentes golpes contra la puerta, supongo, y el subsiguiente grito desgarrador de "¡Médico, médico!". Quise pensar que el chaval estaría desmayado o herido. Fue al ver por la tele al alcalde llorando cuando entendí el horrible desenlace.
En poco tiempo fue retirado de la calle el dispositivo desplegado y como si no hubiera pasado nada.
Yo todavía sigo en shock. He retomado la rutina pero no estoy igual. Si yo me siento así, no quiero ni pensar cómo estará la familia. Que Dios los ayude.
Desenlace fatal para el joven de 25 años que permanecía atrincherado desde la madrugada del miércoles en su domicilio de Agost. Tras 35 horas de tensión en las que la Guardia Civil y mediadores y psicólogos especializados han tratado de convencer a este vecino del municipio alicantino de que saliera de la habitación en la que se había encerrado con varias armas de fuego, sobre las 12.45 horas los agentes han escuchado un disparo. Al acceder a la vivienda han hallado el cuerpo sin vida.
Un amplio dispositivo de la Guardia Civil permanecía desplegado desde las 2 de la madrugada del miércoles en el centro de esta localidad de Alicante, donde el joven permanecía atrincherado en su vivienda. El operativo se ha concentrado en la calle Fermín Sánchez, a pocos metros del Ayuntamiento, donde los agentes acordonaron la zona y restringieron el acceso a vehículos y vecinos.
Los hechos comenzaron sobre las dos de la madrugada del miércoles, cuando el padre del joven alertó a la Policía Local de que su hijo se había encerrado en una habitación de la vivienda y se negaba a salir. Minutos después se activó el 112 y se incorporó al operativo la Guardia Civil.
Desde ese momento, un equipo de negociadores y psicólogos del cuerpo mantuvieron comunicación constante con el joven atrincherado. Según confirmaba el alcalde, Juanjo Castelló, el afectado temía por su seguridad y se negaba a abandonar la vivienda al considerar que alguien quería «hacerle daño». Los especialistas han trabajado sin descanso durante todo este tiempo, más de 35 horas, «intentando que el joven entienda» que debía deponer su actitud, afirmaba el alcalde. Sin embargo, estas negociaciones no han dado su fruto y el joven ha acabado quitándose la vida de un disparo.
Castelló señalaba la mañana del jueves que la noche «ha sido larga» y que «el cansancio va haciendo mella». Afirmaba que este vecino no había mostrado antes un comportamiento de este tipo y comentaba que se barajaba la posibilidad de que hubiera sufrido un brote psicótico. El edil resaltaba que el implicado no había amenazado a nadie ni había heridos.
La familia del joven es aficionada a la caza y en la vivienda había armas, lo que obligó a extremar las precauciones desde el primer momento. No ha sido necesario desalojar los edificios de la calle, aunque la vivienda se encuentra situada en una calle «muy pegada al centro» de Agost, en un lugar «bastante transitado».


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